sábado, 28 de diciembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES ESTAR ATENTOS A LA LLAMADA

María y Álvaro tienen una hija de 3 años y un hijo de 10 meses

CAMBIO DE PLANES

Llevo desde inicio de curso con dos metas vitales: empezar a trabajar y terminar de estudiar. Sin embargo, cada semana surgen cosas que me hacen cambiar mis planes de estudio, al tiempo que el tema del trabajo sigue suponiendo una espera indefinida.

Los virus que van cogiendo los niños, los médicos y problemas variados que van surgiendo, me van marcando la vida, más allá de lo que había planeado. 

Leyendo hoy el Evangelio, y pensando en San José, me imagino que no le haría ninguna gracia ir de un lado para otro con María y Jesús cambiando sus planes, que se habrían hecho trizas primero con la sorpresa del embarazo y después con los mensajes de Dios a través de un ángel o en sueños.

Cuántas veces esta aventura del matrimonio y los hijos en que nos hemos metido nos cambian la vida, no sólo respecto a lo que teníamos en mente antes de casarnos sino en el día a día. Cuántas veces el trabajo que elegimos es en función de la familia que tenemos, para tener más tiempo o no estar muy lejos, o reducimos jornada o evitamos los viajes, o… tantos sacrificios y cambios que, en el fondo, responden a la vocación a la familia. 

Por eso hoy el desafío en familia es ser dóciles a la llamada de Dios a ser marido, mujer, padre, madre, hijo... con todo lo que ello supone en nuestras elecciones de cada día. No lo veas como una carga, sino como una caricia de Dios que, como con san José, ha puesto un gran tesoro en tus manos. 


sábado, 21 de diciembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES AGRADECER SU VENIDA

Antonio e Isabel tienen tres hijos de 9 y 7 años y 4 meses 

DIOS NO SE EQUIVOCA 

 San José no quería ser el padre del hijo de María. El Evangelio no dice exactamente por qué. En parte porque era un marrón. Desde luego, la situación de María no era la ideal. Pero sobre todo, porque la tarea le venía grande. Si eres padre o madre, seguro que alguna vez habrás sentido que no das la talla. No sabes ni sujetarle la cabeza, como para conseguir cumplir todo lo que supone la misión de educar, criar, sostener... Ahora imagínate que ese bebé, encima, es Dios. Que está redimiendo el mundo con su meconio y con su costra láctea. Da miedo. José podría repetir las palabras de Pedro… Apártate de mí que soy un pecador… 

Pero Dios no se equivoca. Quiere nacer en un establo. Quiere a ese carpinterillo como padre. Quiere a esos pastores como testigos. Quiere a unos pescadores incultos como apóstoles. No sólo te ha elegido: está orgulloso de ti. Te dice, como a José, ¡No temas! 

Con el Niño en brazos, te das cuenta de que es Él quien te sostiene a ti. Y entonces todo se simplifica. Te ha elegido precisamente porque no eres perfecto. Con un bebé en brazos es muy fácil hacer oración. Parece que están hechos para ser contemplados. La Navidad es así de sencilla de vivir, lo que no significa que sea cómoda, ideal, perfecta. Más bien es lo contrario. 

Hoy el desafío en familia es preparar con agradecimiento su venida a nuestro establo. Con nuestras limitaciones, pero también con toda esa increíble belleza que Él ve en ti, porque no se ha equivocado al escogerte.


sábado, 14 de diciembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES

Pascual y Esther tienen una hija de 3 años

¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

Hace escasos días el Padre Gustavo nos contaba la actualidad de su país, Venezuela, con duras palabras. Nos habló de un verdadero 'monstruo': la desnutrición infantil y del 40% de las embarazadas. Nos habló de los rostros de la miseria: padres que huyen para salvar sus vidas abandonando todo y a todos; ancianos que se quedan sin familia en el país, sin medios de vida y en muchas ocasiones tremendamente enfermos, sin acceso ni a comida ni a medicinas; adolescentes abandonados que buscan en la prostitución un medio de vida; niños buscando en los vertederos de basura algo que comer... Un sin fin de ejemplos que la miseria entreteje cual telaraña en un país sumido en la forzada pobreza.
Me impacta ante esa tremenda situación cómo el Padre nos advierte la necesidad de anunciar el Evangelio: *si no somos capaces de acercarles a Cristo, cuando vayamos al Padre nos pedirá cuentas*. Se nos preguntará cómo nosotros, que hemos sentido profundamente el Amor de Dios, no hemos sido ejemplo y medio para que otros lleguen a Él.

Insiste en hacerlo arrodillándonos ante estos niños, ancianos y adolescentes, sin pensar que les estamos salvando sino haciéndonos conscientes de la realidad, que son ellos quienes nos dan la oportunidad de salvarnos, ellos serán los que nos abran las puertas del cielo. Ellos nos permiten curar al enfermo, sanar heridas, dar de comer y beber al pobre y sediento, porque cuando lo hacemos a uno de ellos se lo hacemos a Cristo.
Ya no tenemos que esperar a otro, Jesús ya está entre nosotros, y en nuestras vidas, de muchas maneras y cada día en todos estos rostros de la telaraña de la miseria. En un pesebre en una noche oscura, fría y sin riquezas, llega el Niño a nuestras repletas y cómodas vidas. 

Hoy el desafío en familia es ser capaces de mirar a los ojos los rostros de la miseria que nos rodean, a kilometros de distancia o bien a escasos metros. Y no quedarnos ahí, compartamos, como preparación de adviento en familia, con ellos nuestras riquezas, para ganarnos tener la oportunidad de ser servidores de Cristo.


viernes, 6 de diciembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES MIRAR A NUESTRA MADRE

Santi y Sara tienen 5 hijos de 11, 9, 8, 4 y 1 año.

SIEMPRE ESTÁ AHÍ, ¿LA BUSCAS?

En las casas que vivimos en modo bebé, tus oídos se llenan de esta música: “Mamá, mamá, mamá, mamá… Papá, papá, papá, papá…” Que sirve, sobre todo, para que veas que estoy aquí, para que sepas que quiero estar a tu lado, para que te fijes en cómo voy andando hacia ti...Y, si ya puedo, incluso te imito en la mayor cantidad de cosas posibles y así aprendo y nos reímos juntos. En definitiva, es un quiero que me mires, que me mimes, que estés conmigo, que me sonrías, que me consueles, que…¡que me quieras! 

Esta actitud de los pequeños me recuerda mucho a las Avemarías del Rosario. Vamos repitiendo nuestras peticiones, nuestras preocupaciones, nuestros desconsuelos…¿Para qué? Para que nos cuide, para que interceda, para que… ¡para que nos quiera!

Hoy el desafío en familia es mirar a nuestra Madre con intenciones de bebé: queriendo llamar su atención para que nos mire y con firme intención de imitarla para quizá poder acercarnos  a ese ejemplo de generosidad, amor…de MADRE.


sábado, 30 de noviembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES DERROCHAR LA LUZ

María y Miguel tienen un hijo de 12 años.

¡APAGAD LAS LUCES!

-"¡Apagad las luces!, ¿es que no os dais cuenta?"

Así entró mi hijo en casa hace unos días, neurótico perdido, porque encontró un par de luces encendidas de más.  Su padre y yo lo mirábamos ojipláticos. Habitualmente somos nosotros los que le recordamos que la luz no es gratis, que hay que apagar las que no estamos usando. Vamos, que, como siempre nos ha dicho mi padre, no paga el ayuntamiento. ¿Qué pasará por esa cabecita adolescente? ¡Que Dios nos pille confesados!

El Señor en el Evangelio de hoy parece decir lo contrario: "Estad en vela", "Estad también vosotros preparados". Hoy, que toca encender la primera vela de la corona de Adviento, el Señor nos anima a ser previsores, a tener las luces ardiendo, la llama bien alimentada  para cuando llegue el Mesías, a derrochar la luz a manos llenas.

Esta semana, el desafío en familia es derrochar luz con tu sonrisa. Que todos noten que esperas la llegada del Niño Dios. Empezando por los más cercanos: tu marido, tu mujer, tus hijos, tus hermanos, tus padres... Te animo a compartir la llama de tu alegría y a tratar de regalar sonrisas, esperanza, a derrochar cariño a tu alrededor, porque está en camino el Salvador. ¡Feliz domingo de Adviento!


sábado, 23 de noviembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES CAMBIAR LA PERSPECTIVA

María y Álvaro tienen una hija de 3 años y un hijo de 8 meses

¿Y TÚ QUÉ MIRAS?

8:25 A.M. Parada en un semáforo, noto cómo el conductor de la furgoneta a mi derecha me hace gestos. Yo, cansada y preparada para recibir críticas o insultos por mi forma de conducir, me giro con mala cara hacia él. Cuál es mi sorpresa cuando veo que sus gestos no son para mí, sino para mi hijo, con quien mantiene una divertida conversación gestual y por la cual los dos están partidos de risa. 

El conductor, viendo que me he girado, me sonríe abiertamente y me dice, en otras palabras, que el enano está partido de risa y que es muy simpático.
Por un lado, me avergüenzo un poco de mi predisposición al girarme. Y por otro, siento una alegría que nace de las sonrisas del buen hombre y de lo animado que veo a mi hijo por el retrovisor. A primera hora de la mañana y recién salida del atasco, este  "encuentro" me ha alegrado el día y ha instalado una sonrisa que se mantiene en el siguiente atasco y que me ha hecho pensar en cómo miramos a los demás.

En el Evangelio de hoy los crucificados miran a Jesús desde dos lados distintos, desde dos miradas, con dos disposiciones muy diferentes. La situación no es muy esperanzadora para ninguno de los tres. Podríamos darle la razón al que deja salir su rabia contra Dios. Pero Jesús nos ha enseñado que hasta la peor de las cruces puede transformarse en una oportunidad de salvación, de amor, de cielo. Sólo hay que abrirse a Él, pedirle ayuda.

Por eso hoy el desafío en familia es mirar a Dios y al otro con una mirada de amor, de esperanza. Esperando el bien del otro. Ver más allá de la cruz de cada día, mayor o menor, más o menos merecida, más o menos esperada, sabiendo que ese sufrimiento puede convertirse en una puerta al Paraíso. Y sabiendo que nunca estamos solos, que Él ha muerto para que nosotros vivamos. 


domingo, 17 de noviembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES AGARRARSE AL SEÑOR

Antonio e Isabel tienen tres hijos de 9 y 7 años y tres meses

NO PATA NADA

¿Cómo estás? Pregunta convencional que lleva aparejado siempre un Bien, ¿y tú? Porque si respondiera sinceramente tal vez no volverían a preguntarnos. 

Hay días en los que todo parece fácil y días en los que todo sale mal. De esos en los que casi hubiera sido mejor no levantarte de la cama. Y también hay épocas felices y épocas en las que vivimos atenazados por el miedo, la tristeza o la inseguridad, por motivos graves o banales, por causas que escapan a nuestro control, o limitaciones que nos hacen sentir culpables. 

¿Cómo estás? ¿Cómo ves tu familia, tu matrimonio, en este momento? ¿Qué emborrona tu sonrisa al hacerte esta pregunta? A veces nosotros mismos tenemos miedo de respondernos, como si tuviéramos la vida cogida tan con alfileres que al primer tirón se nos vendría abajo. 

Es Dios quien te hace esa pregunta. A Él no le es indiferente lo que te pasa. Tampoco quiere que huyas como si no ocurriera nada. La solución no es evadirse, distraerse, y seguir tirando. Él no nos dijo que la vida fuera a ser fácil. Al contrario. Llegará un momento en que hasta tu esposo, tu esposa, tu padre o tu hijo sean tu enemigo. 

Pero lo que sí nos ha dicho es que Él estará con nosotros. Todos los días. Hasta el fin del mundo. Por eso, como decía nuestra hija mayor cuando tenía tres años, "No pata nada", no pasa nada. Él nunca va a dejar de amarte. Te lo ha prometido. En la pobreza y en la riqueza. En la salud y en la enfermedad. En el pecado y en la gracia. Si tú fuiste capaz de decir que sí, sabiendo lo que vendría, a un amor más grande que tú, piensa que su Sí es mucho más incondicional, mucho más poderoso, mucho más fecundo. Y ese Sí de Dios es el que sostiene todos nuestros pequeños síes. 

Por eso hoy el desafío en familia es agarrarse al Señor. Él está contigo. Lo peor del sufrimiento es llevarlo solo. Descansa en él. Deja que Él lo resuelva, o no. En nuestra familia "no pata nada": si Él está con nosotros, ¿quién contra nosotros?


sábado, 9 de noviembre de 2019

HOY EL DESAFÍO EN FAMILIA ES APRENDER DE LOS MÁS PEQUEÑOS

Sara y Santi tienen 5 hijos de 11,9,8,4 y 1 año.

Y VUELTA A EMPEZAR

Tengo temporadas en que me siento muy torpe (o nécora, como decimos por aquí, o mendruga...) y desanimada porque me doy cuenta de que caigo siempre en lo mismo. Constantemente los mismos fallos, pecadillos, errores… Si no son exactos, son los mismos perros con distinto collar, vamos.

Una y otra vez, la rueda de "cae-arrepiéntete-pide perdón-levántate-muévete de nuevo" se pone en marcha con propósitos nuevos y ánimo renovado, ¿pero funciona? Realmente a veces parece que no, porque caigo y caigo en lo mismo.

El otro día me fijaba en mi hija pequeña que está todo el día caminando agarrada, suelta o como pueda. Está perfeccionando una acción, una habilidad. Observando, me di cuenta de que el ciclo es siempre el mismo "camina-cae-mira alrededor-sonríe-se levanta-camina otra vez". Me pareció prácticamente igual al proceso de actuación de un adulto,en este caso yo, con su vida espiritual, ¿no? Salvo un pequeño detalle… ella sonríe cuando cae y se ríe claramente cuando vuelve a emprender la marcha. Su actitud ante un "error", o ensayo mejor dicho, es de nueva oportunidad, de aprendizaje, de "fijarse" en los pasos extras que ha dado esta vez. No es un análisis destructivo de sí misma. Celebra cada pequeño avance, ¡aunque siga cayendo!

Por eso hoy el desafío en familia es aprender de los más pequeños y no desalentarnos en nuestro camino de mejora. Recordar que somos criaturas de Dios y que nos queda mucho para alcanzar nuestro potencial, lo que Él quiere de nosotros… Pero no estamos solos, Él es el "adulto" que nos da la mano para levantarnos y volver a empezar con una sonrisa, Él nos perdona y nos borra el pecado para poder empezar de cero con la alegría del que se sabe amado y acompañado.


sábado, 2 de noviembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES DEJARSE ABRAZAR POR TODOS LOS SANTOS

Pascual y Esther tienen una hija de 3 años

"NO TE PROMETO LA FELICIDAD DE ESTE MUNDO" (palabras de la Virgen de Lourdes a Sta. Bernardette)

Este año la celebración de todos los Santos ha sido por todo lo alto. La peque en el Cole lo ha vivido genial con compis y familias. Y hemos podido hacer la peregrinación más esperada de los últimos años: Lourdes.

En Lourdes, además de abrazarnos a nuestra Madre, hemos prestado especial atención a la vida de Sta Bernardette. Me impresiona conocer la vida de los Santos: cómo no abandonan su misión ante la incomprensión, los juicios, la discriminación y en ocasiones la persecución. 

Yo, a día de hoy, no sé si me atrevería a atestiguar, como Sta. Bernadette, a quién vio, sin miedo. No sé si mantendría la promesa de acudir cuando me lo pidiera la Virgen a rezar el rosario por los pecadores, sin pensarlo dos veces, contra viento, heladas, delicada salud, etc. Quién de nosotros no dudaría ante la petición de lavarse con agua todavía sucia que emanaba de la gruta donde hasta ese momento sólo se alojaban cerdos, en penitencia por los pecadores.

Cuando veo la comodidad de mi vida espiritual y los sacrificios de los Santos, me doy cuenta de dónde estoy verdaderamente. Y aún con la tentación de abandonar, lo bonito de ver tu debilidad es dejarte abrazar por ellos, como si algo de esa Santidad se pudiera quedar contigo. A muchos de estos Santos no se les promete la felicidad en la tierra, pero sí la felicidad eterna. Esto nos permite también aceptar mejor nuestras crucecitas y esperar sentir como ellos un aro de esa felicidad.

Hoy el desafío en familia es aspirar a esa felicidad. Si te ayuda fijar tu mirada en la vida de un Santo, proponte en familia leer o ver una peli sobre su vida. Observa su SÍ al Señor. ¿Qué te sugiere su vida aplicable en tu dia a dia?

sábado, 26 de octubre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES MIRARNOS COMO IGUALES

María y Álvaro tienen una hija de 3 años y un hijo de 8 meses 

OPINIONES PARA TODOS LOS GUSTOS

Desde que nació el enano todo el mundo opina y juzga: si come más o menos, si va muy abrigado o muy poco, si usa o no chupete, si duerme más o duerme menos, así o asá... 

Pero no me engaño: yo hago lo mismo, y lo hago con el que tengo más cerca. Cuántas veces vemos cómo educa a sus hijos nuestro vecino, nuestro amigo, y pensamos: yo lo hago mejor. Bendito sea Dios si puedo darle algo que me funciona, que me ayuda a educar, pero mi mirada muchas veces es la de aquel que se ve superior y da gracias a Dios como el fariseo de la parábola, lleno de soberbia por lo bueno que es uno mismo y lo bien que hace las cosas.

Sin embargo, olvidamos la gran noticia de que nos tenemos unos a otros para ayudarnos y corregirnos, para acompañarnos y alentarnos. Si miramos con humildad, aceptando nuestra pobreza, reconoceremos en los demás una ayuda y un compañero de viaje, y no una vara con que medirnos.

Por eso hoy el desafío en familia es pedir la gracia de mirar al otro, empezando por nuestro cónyuge, como  compañero, como hermano, y mirar juntos a Dios sin buscar destacar por encima de los demás.



sábado, 19 de octubre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES PONERSE PESADO

María y Miguel tienen un hijo adolescente de 12 años.

CICLISTA PROFESIONAL 

"Mamá, yo lo que quiero es ser ciclista profesional", me lo decía mi hijo hace muchos meses con cara de aversiteenterasdeunavez. Su primer problema era la bici.  Tuvo una, pero ya se le había quedado pequeña. Primer objetivo: conseguirla. Le explicamos que una bici de carreras, aunque fuera normalita, era cara, que ya veríamos si podríamos comprarla y cuándo.  A partir de ese momento el asunto aparecía en TODAS las conversaciones con TODOS los miembros de la familia. Buscaba apoyo y financiación por doquier. Se llegó a poner tan pesado que una de sus tías lo amenazó con no colaborar en la causa si no se callaba de una vez. Finalmente llegó la bicicleta para su cumpleaños. Fue regalo de sus padres, sus abuelos y sus tíos. ¿Creéis que se quedó satisfecho? Nada más lejos. La ciudad en la que vivimos tiene mucho tráfico y no es fácil salir en bici por carretera, así que ahora la batalla es: "¿Por qué no nos vamos a vivir a otro sitio?" Pero eso ya es harina de otro costal...

La insistencia de mi hijo fue machacona, constante, no conocía el descanso. Igual que la viuda de la parábola de Jesús. Sabía que si no le hacían justicia porque se la merecía, se la harían por pesada. Otra vez el Señor nos anima a pedir sin cansarnos, como el amigo inoportuno. Es cierto que Él sabe lo que necesitamos antes de pedirlo, pero seguro que nos hace bien la insistencia, ¿por qué si no lo recomienda el Evangelio tantas veces?

Hoy el desafío en familia es pedir la bicicleta. Ponte pesado con lo que crees que necesitas, con eso que tanto deseas para ti o para uno de los tuyos. Pide de forma oportuna o inoportuna.  Pide con ganas o sin ellas. Pide en directo o a través de intermediarios, los tienes de todo tipo, desde Santa Teresa de Jesús, cuya fiesta hemos celebrado esta semana, hasta el recientemente canonizado Newman. Piensa que si el juez injusto atendió a la viuda por insistente, ¿qué te va a negar tu buen Padre Dios que es tan justo y te quiere tanto? ¡No pares hasta conseguirlo! ¡Feliz domingo!



domingo, 13 de octubre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES AGRADECER LA VIDA

Almudena y David tienen tres hijos de 17, 15 y 13 años.

EL VASO MEDIO LLENO

Cuando tienes hijos adolescentes, a veces corres el peligro de perder la perspectiva. Llevamos tanto tiempo bregando con ellos que parece que lo normal sea discutir y castigar. Llegó un momento en que los tenía a todos castigados: al mayor sin el móvil por traer otro suspenso, al pequeño sin la play por haberse gastado el dinero reservado para el verano, y a la mediana… también sin móvil por decir tacos, quejarse y contestar. 

Ella tenía razón, había sido un castigo desproporcionado. Pero lo había dicho gritando y dando un portazo. "¡Todo lo resuelves castigando!", había sido su última frase. "¡Cuando éramos pequeños nos querías más!"

Y yo, sola en el salón, me hacía la eterna pregunta: ¿Qué he hecho mal, Señor? Y me quejaba: "Señor, ten compasión de esta madre. Necesitamos un milagro. No son sólo mis hijos, también son tuyos…" 

A veces, cuando uno reza, encuentra la respuesta que Dios ha dejado en el fondo del corazón: No vivas el envés de la vida. No te fijes sólo en lo negativo. Vive la vida desde el agradecimiento. ¿Por qué me había dolido tanto la pulla de mi hija? ¿Era verdad que ya no les quería como antes? ¿Cómo podrán sentirse queridos si solo reciben quejas de mí? ¿Cómo aprenderán a ser agradecidos, a no quejarse, si me ven todo el tiempo de malas? 

Hoy el desafío en familia es aprender a agradecer la vida. Seguro que hay motivos para quejarse, pero hay muchos más para estar agradecido. Tú eres el rostro de Dios para tu familia. Que puedan notar su alegría al verlos, la que le hizo decir: "Este es mi hijo amado, en quien me complazco". 



sábado, 5 de octubre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES SERVIR GRATUITAMENTE

Antonio e Isabel tienen tres hijos de 9 y 7 años y dos meses.

COLLEJAS DE JESÚS

Este domingo Jesús parece un poco borde. Los apóstoles le piden que les aumente la fe y Él no sólo les responde que tienen menos que un grano de mostaza sino que les cuenta que un servidor no puede quejarse por hacer lo que tenía que hacer.

Y yo, que siempre le escucho como el hermano mayor del hijo pródigo a la puerta de casa, me peleo por dentro como Marta: "J***, con todo lo que hago por mi familia, que no recuerdo mis últimas vacaciones de paternidad, y resulta que nadie me lo va a agradecer…". Con lo cómodos que estábamos ya con los dos niños criaditos... 

Y en esas, me resuena la voz de Jesús. Si tuvieras fe. Si tú supieras. Si te dieras cuenta de lo que te quiero. Si es que no quieres ver el regalo que te he hecho. Si es que no ves que el regalo, la recompensa, es servir, complicarse la vida, desgastarse. Si te dieras cuenta de que no eres tú el que salva a tus hijos, son ellos los que están sacando lo mejor de ti. Si te vieras como Yo te veo florecer cuando te das a los demás. (Y en cada pausa, me imagino una colleja. Cariñosa, claro. Con abrazo final). 

Hoy el desafío en familia es servir con fe, sin esperar la recompensa. No lleves la cuenta de toooodo lo que haces por tus hijos, tu cónyuge, tus padres, tus amigos, etc., y que ellos no te reconocen. Hazlo desde tu pobreza. Porque no eres más que ellos. No se merecen que les sirvas, pero tú tampoco te mereces servirles. Es un honor que te ha dado Dios. Hazlo por amor. Porque te da la gana. Y por Dios. Y da las gracias por tener esa oportunidad de hacerlo. 


domingo, 29 de septiembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES OFRECER NUESTRAS PENURIAS

Sara y Santi tienen 5 hijos de 11,9,8,3 y 1 año.

UNA VEZ MÁS…

Hemos recibido la noticia de que un familiar muy cercano vuelve a tener implantes (diseminación) del cáncer digestivo que tuvo. Significa que otra vez a pasar por quimio y operación.

Un escalofrío recorrió nuestro cuerpo porque, aunque ya lo suponíamos, la confirmación y el anuncio de que seguramente habrá más veces… ¡pues cuesta!

El sentido de todo, los porqués, los para qué… Esta persona es muy animosa y tiene una gran confianza en Dios. Sabe que todo tendrá un motivo y lo acepta. Es como Lázaro y sus sufrimientos, ya llegará la recompensa y el sentido.

Al ser tan comunicativa y con tanta fe, nos ayuda a  “escarmentar” en cabeza ajena y nos enseña a entender a Dios y sus planes. ¿Cuál es el camino de la felicidad? ¿Vivir ajenos al sufrimiento como el rico o escuchar las enseñanzas de Jesús y ofrecerle nuestras penas?

Hoy el desafío en familia es ofrecerle al Señor nuestras penurias, en forma de enfermedad o de pobreza de espíritu. Él es el que nos lo da todo, pues todo se lo podemos devolver como ofrenda, viviéndolo lo mejor que sepamos y con la certeza de que formamos parte de Su plan de amor incondicional.


sábado, 21 de septiembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES CENTRAR TU CORAZÓN EN LO IMPORTANTE

Pascual y Esther tienen una hija de 3 años

NO PODÉIS SERVIR A DIOS Y AL DINERO

Hemos pasado las vacaciones, ya casi olvidadas, pero bien disfrutadas. Hemos comenzado el cole con gran esfuerzo, y sin darnos cuenta llegan las rutinas. Y con las rutinas las mismas batallas de siempre, los temidos perennes retos, las luchas, etc... Una de ellas golpea muy fuertemente estos días: 'Vivir en la austeridad'.

Unas veces nos prueba el Señor directamente, otras se sirve de los abuelos para ver si queremos vivir del capricho o en la sobreabundancia. Y me hace reflexionar porque la pregunta más profunda sería: ¿Quieres la felicidad material caduca y efímera? o ¿aspiras a la Felicidad eterna?

Parece una respuesta fácil de dar a bote pronto. Sin embargo, cuando se nos prueba ante regalos desproporcionados, llegan los tíos, abus u otros con regalos en cada visita, simplemente se sobrepasa el malentendido "Los padres educan y los abuelos malcrían" ... 
¿Dónde está nuestro papel de padres que quieren y aspiran hacia la verdadera Felicidad?
No  es fácil, genera mucha tensión, lucha interna y familiar y seguro que seremos incomprendidos, pero no debemos olvidar el bien mayor que le hacemos a nuestros hijos. 

Hoy el Evangelio no duda en darnos una pequeña clave: No podéis servir a Dios y al dinero. ¿Queremos llenar a nuestros hijos de cosas (nuestro mal amado dinero)? o ¿Queremos llenarlos de Su Amor? Esto es servir a Dios, aunque ahora signifique un no al capricho, en realidad es un sí a una vida plena de Felicidad donde la austeridad te enseña lo importante de tu día a día.

Hoy el desafío en familia es detectar dónde nos podemos equivocar o nos estamos equivocando sirviendo a otros dioses. Perdonarnos y pedirLe perdón por ello. 


domingo, 15 de septiembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES RECONOCER AL SEÑOR

María y Álvaro tienen una hija de 3 años y un hijo de 7 meses 

"MAMÁ, ERES MUY BUENA, TE QUIERO MUCHO"

En esta semana de estrés, de prisas, de nervios de inicio de curso, de dormir poco porque los virus ya han llegado desde la guarde... nuestra hija me ha dicho "Gracias Mamá, eres muy buena, te quiero mucho" porque le he puesto el desayuno. Loca me he quedado. Que en un gesto tan sencillo haya reconocido un bien, y que entre tanto ajetreo me haya parado para darme un abrazo y decirme algo tan… no sé, tan fuerte y tan real.

Cuántas veces damos por sentadas las cosas buenas de la vida, desde que nos preparen el desayuno hasta la salud de nuestros seres queridos, sin darnos cuenta de que todo es un regalo, una caricia de Dios. Y buscamos, como la oveja perdida, saciar nuestra sed fuera de Él.

El Evangelio de este domingo lo tenemos trabajado por la canción de Valivan, y a nuestra hija le encanta el pastor que es taaaaaaan bueno y quiere tanto a la oveja que sale corriendo corriendo y pega al lobo para poder abrazar a la oveja. 

Hoy el desafío en familia es reconocer al Señor en todos los pequeños detalles en los que nos dice que nos ama, y poder darle gracias y decirle también con un abrazo: ¡¡gracias, qué bueno eres!!


sábado, 7 de septiembre de 2019

HOY EL DESAFÍO EN FAMILIA ES ESCUCHAR

María y Miguel tienen un hijo de 12 años.

UNA PREGUNTA CON TRAMPA

Aquella mañana tocaba sesión conjunta de todos los grupos de catequesis porque la impartía el sacerdote. Empezó con una pregunta: ¿cuál es el primer mandamiento? Muchas manos levantadas, pero nadie daba con la respuesta correcta. Después de varios intentos fallidos, el sacerdote dio la solución.  El primer mandamiento es: "ESCUCHA, ISRAEL". Tras unos momentos de desconcierto, vi qué es lo que trataba de enseñarnos.

Dios pone un presupuesto a sus mandamientos: escucha. Y es que escuchar es, en sí mismo, una forma de amar. Seguro que has oído mil veces que en esta sociedad nuestra de las comunicaciones hay falta de diálogo porque nadie escucha. Cuántas cosas en nuestra familia pueden solucionarse con una conversación respetuosa, atenta y amorosa. 

Hoy el desafío en familia es escuchar de forma atenta a tu marido, a tu mujer, a tu hijo, a tu padre, a tu suegra: es una forma muy concreta de demostrarles tu amor. Una buena conversación es el mejor de los regalos y como casi todo lo realmente importante, es completamente gratis. ¡Feliz domingo!




sábado, 31 de agosto de 2019

HOY EL DESAFÍO ES ACEPTAR NUESTRAS MANCHAS

Guillermo y Pilar tienen 5 hijos de 21, 20, 15, 12 y 5

¡HELADO DE CHOCOLATE NO, POR FAVOR!

Nuestro hijo pequeño es muy trasto y muy niño, muy normal vaya... Ha puesto un toque de alegría especial en nuestra familia, con sus ocurrencias, razonamientos, preguntas... pero hay algo que a mí me cuesta mucho, y es que se ensucie. Y claro, un niño de cinco años... Es evidente que no puedo pretender que vaya siempre como los chorros del oro. Ahora en verano, cuando salimos a dar un paseo y nos tomamos un helado siempre pide el de chocolate. Cuando le pregunto qué sabor quiere, mi cara es un poema, porque ya sé qué me va a responder y ya sé lo que va a pasar, ¡va a acabar con la ropa llena de churretones! El chocolate es implacable... no hay nada que yo pueda hacer.

Qué poco me gusta la suciedad, mostrar mis manchas, mostrar mi imperfección, que los demás se den cuenta de mi pecado. Para mí es una humillación. Me pasa igual con mis hijos. Que los vean sucios me cuesta. Pero somos muy imperfectos, y que los demás nos vean así es un aprendizaje también. Hoy dice la palabra "Quien se enaltece será humillado y quien se humilla será enaltecido" y veo que para nuestra familia es un camino de ir aceptando que el que es pequeño como un niño se va a ensuciar con el helado de chocolate, o con el barro, aunque salpique al saltar fuera.

Qué bonito además sentir que Dios te quiere una inmensidad, independientemente de tus manchas y de lo pequeño que seas o te sientas, es más, está esperando a darte un abrazo enorme cuando te presentes así ante Él para decirte lo mucho que te quiere. Creo que es algo que los padres tenemos que aprender a hacer con nuestros hijos, pues a mí, darle el abrazo a mi hijo cuando se ha llenado de chocolate... como que me cuesta mucho.

Por eso hoy el desafío en familia es aceptar nuestras manchas de chocolate, en la familia y en nuestros hijos. Aceptar como padres los fallos de nuestros hijos, enseñarles a superar los escollos escuchándolos y abrazándolos. Ponernos en su lugar para darnos cuenta de que son pequeños y aún estan creciendo. Eso no significa que no haya que corregir, pues Dios corregía a su pueblo, pero también le mostraba su inmenso amor.



sábado, 24 de agosto de 2019

HOY EL DESAFÍO ES PREGUNTAR A DIOS EL CAMINO

Antonio e Isabel tienen tres hijos: de 8 y 7 años y… ¡dos semanas!

FAMILIA EN LA ENCRUCIJADA

Hoy disparo a Jesús la pregunta del Evangelio: "Señor, ¿serán muchos los que se salven?" Aunque en realidad lo que quiero preguntar es: Señor, ¿estaré entre los que se salven? ¿Se salvará mi matrimonio, mi vocación al amor? ¿O mi amor se romperá como tantos otros?

Y el Señor no me responde con palabras fáciles. Podía haber dicho aquello de "mi yugo es llevadero y mi carga ligera", pero esta vez me avisa de que la senda es estrecha. Ojito que lo fácil, el camino llevadero, lleva al fracaso y a la infelicidad. 

Ahora en casa tenemos una buena encrucijada. Pesa casi cuatro kilos y va camino de la tercera semana de vida. Desde fuera, todo parece bonito: la gente nos felicita y eso, pero yo pienso en que cuando ese niño tenga diez años nosotros estaremos rondando los cincuenta y me vuelve la pregunta inicial: ¿qué va a ser de mi matrimonio? ¿De mi familia? ¿Lo estoy construyendo, o simplemente me dejo llevar? Porque veo matrimonios más veteranos que yo pero con más juventud de espíritu, más enamorados. ¿Cómo puedo imitar su secreto? ¿Cuál es esa senda estrecha que lleva a la felicidad?

Cada circunstancia de la vida es una oportunidad para renovar el amor. Esa es la senda estrecha, porque amar exige ir contracorriente, contra las propias tendencias egoístas. A nosotros ahora mismo nos pide lo que más nos cuesta: parar, dejar el activismo, buscarnos como esposos, y buscar juntos a nuestros hijos. 

Hoy el desafío en familia es preguntar a Dios qué camino es el que quiere para nosotros, para nuestro matrimonio, nuestra familia ahora, en este momento. Todo es una oportunidad para crecer en el amor. O para dejarnos llevar por la comodidad. Y si te sientes de los últimos, si sientes que tu familia es un ejemplo a no seguir, bienvenido al club de la Iglesia: no te preocupes, que con Su gracia todos podemos ser los primeros en llevar a plenitud nuestra llamada al amor. 


sábado, 17 de agosto de 2019

HOY EL DESAFÍO EN FAMILIA ES PULSAR EL BOTÓN DE PAUSA

Sara y Santi tienen 5 hijos de 11,9,7,3 y 11 meses.

CUANDO TE CONFUNDES CON UNA LAVADORA

El verano está siendo "un poco" de locos. Vamos tan rápido, tan desordenado (uno de mis trabajos me desbarata los tiempos de ocio en esta época y es imprevisto casi siempre), que hacemos muchas cosas (o no tantas), pero a mil, y la vida se pasa con la sensación de que no llegas a todo lo que querrías y necesitarías.

En esta situación me visualizo como una lavadora centrifugando a 1200 rpm. Las ideas, los planes, los millones de cosas que se supone que te da tiempo a hacer en verano… todo eso dando vueltas en tu cabeza, ¡¡y hasta casi en tu cuerpo!! 
Como las lavadoras de hace unos años, ese centrifugado hace mucho ruido y no nos deja oír y ver a Dios en ese verano (en el que también se suponía que tenías más tiempo para hacer oración, rezar con tus hijos y tu marido, plantearte nuevos retos...). La sensación es que esa fuerza centrífuga de la lavadora te aleja del centro, y más que lo hará si no te agarras.

Por eso hoy el desafío en familia es pulsar el botón de pausa, pararse para agarrarse con fuerza al Señor y que te ayude en esa vorágine, que sepas escucharle y priorizarLe para que Él dirija tu vida, no cualquier lavadora o agente externo que entra a gobernar tu corazón y tus deseos.


sábado, 10 de agosto de 2019

HOY EL DESAFÍO ES DESCUBRIR CUÁNTO SE TE HA DADO

 Esther y Pascual tienen una hija de 3 años

AL QUE MUCHO SE LE DIO, MUCHO SE LE EXIGIRÁ

Una de mis mejores amigas, tras un año fuertemente doloroso, con muchos duelos, lucha y enfermedad, me ha dado una gran noticia: ESTÁ CURADA.
Creía que éstas cosas sólo pasaba en las pelis. Aunque ya es sabido que cuando todo cae al tremendo hoyo ya solo queda subir. Pero... ¿cuándo llega la subida? ¿cuándo comienza la vuelta a la normalidad? No es ni la primera ni la última vez que me planteo, y seguro que tú también, el por qué de esta prueba, el hasta cuándo de la misma. Y sin darme cuenta, seguro que a ti también se te hace larga la espera.

Y cuando hoy el Evangelio nos dice "Donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón", me planteo seriamente cuál es mi tesoro: ¿el típico trío dinero, salud y amor? 

¿No es preferible pararse a pensar cuál debería ser? Yo quiero que mi tesoro sea el AMOR más grande. Aunque las pruebas sigan estando. Siempre tendremos carencias de alguno del trío, como mi amiga... pero si hay AMOR... ¿Qué me falta? Es necesario corregir nuestra mirada, aun con dolor, porque debemos mirar cuánto se nos ha dado. Y esto es bien importante porque al que mucho se le dio, mucho se le exigirá. Y esto no podemos olvidarlo, debemos estar preparados, ya que a la hora que menos pensemos, viene el Hijo del Hombre.

Hoy el desafío en familia es corregir nuestra mirada y hacernos conscientes de cuánto se nos ha dado. No te centres más en las carencias del trío u otras, sí observa dónde está tu corazón y entrégaselo a Él, vacíate de ti y llénate de su AMOR durante la semana. ¿Cómo estarás el próximo domingo?


domingo, 4 de agosto de 2019

HOY EL DESAFÍO ES NO ARRANCAR PÁGINAS DEL EVANGELIO

María y Álvaro tienen una hija de 3 años y un hijo de 5 meses 

EXCUSAS PARA NO ESCRIBIR

Una semana llevo buscando un reto, leyendo y releyendo el Evangelio del domingo, pero no se me ocurría nada. Excusas, las habituales: que siempre escribo de lo mismo, que voy a repetirme mucho… Es uno de esos pasajes que resultan feos, incómodos, que te dejan fría. ¿Qué tengo yo que ver con el rico necio que almacena en los graneros sin saber que va a morir esa noche?

Y hoy, volviendo a rezarlo, he descubierto que en realidad no he dejado de escribir por no repetirme, sino... porque no me gusta lo que me dice el Evangelio. Porque me ataca donde más me cuesta desprenderme. 

Y es que tantas y tantas veces arrancamos páginas del Evangelio, páginas del Magisterio, cosas que no nos gustan, que nos son incómodas, que nos ponen en situaciones en las que decidir entre el Señor y mis egoísmos, mis pequeños apartados… Y no podemos servir a dos señores. No te puedo decir, Señor, que pongo mi vida en tus manos, y luego ir buscando la felicidad en cosas que sé que no van a dármela: seguridad económica, descanso, pequeños placeres… Que son importantes, sí, pero si pongo en ellos la esperanza, si los endioso, sé que me estoy asegurando la infelicidad. 

Y por eso hoy el desafío en familia es acoger al Señor en todos los rincones de nuestra vida, especialmente en aquellos que más nos resistimos a entregarnos. Lo bueno es que Él ya cuenta con nuestras resistencias, ya sabe que intentamos saciar nuestra sed en otras aguas. Pero tiene tanta sed de nosotros, que corre a nuestro encuentro con los brazos abiertos. Nos busca incluso cuando nosotros lo rechazamos. 


sábado, 27 de julio de 2019

HOY EL DESAFÍO EN FAMILIA ES ENTRAR EN BUCLE

María y Miguel tienen un hijo de 12 años

¡QUE ALGUIEN ME PARE!

Este verano he tenido la suerte de coincidir con gran parte de mi familia de origen en una casa rural. Disfruté muchísimo: conversaciones sin prisas, baños en la piscina, juegos con mis sobrinos, desayunos relajados... y también fregué un montón de cacharros, más que en toda mi vida, ¡qué remedio! Estos días, conviviendo estrechamente con ellos, caí en la cuenta de muchos de sus problemas y dificultades: laborales, económicos, familiares, de salud... problemas que habitualmente veo desde la distancia pero que ahora experimentaba en primera persona.  Y me sorprendí pidiendo intensamente cada día por ellos. La lista cada vez se hacía más larga, parecía interminable... hasta que entré en bucle. Mi diálogo con el Señor consistía en pedir y volver a pedir, me sentía incapaz de hacer otra cosa. Cada vez pedía más cosas, y no sólo para mi familia, empecé a pedir para mis amigos más queridos, para aquellos con los que tengo menos trato,  ¡para mis compañeros de trabajo! ¿Acaso no hay fin?¿En qué clase de pedigüeña me había  convertido? ¡Que alguien me pare! Entonces me encontré con las lecturas de hoy y pensé que la cosa no era tan grave.

En la primera lectura, Abraham pide con mucha fe, incluso con descaro,  con una confianza plena, filial, en un diálogo muy tierno y divertido, regateando con Dios. En el Evangelio los discípulos le piden al Señor que les enseñe a orar... y les enseña: "Padre"..., incluso les dice: "Pedid y se os dará". Es más, ¡los anima a ser pesados con la parábola del amigo inoportuno! Me pareció que el Señor me empujaba a seguir pidiendo con confianza.

Esta semana, el desafío en familia es entrar en bucle.  Cuéntale a tu buen Padre Dios todo lo que te preocupa, todo lo que necesitan tu familia y tus amigos. Pide todo lo que quieras, lo grande y lo pequeño, lo posible y lo imposible. A Él le preocupa lo que a ti te preocupa y le interesa todo lo que a ti te interesa. Él es el Padre bueno que da cosas buenas a sus hijos, ¿qué podrá negarte si se lo pides con fe? ¡Feliz domingo!


domingo, 21 de julio de 2019

HOY EL DESAFÍO ES ABANDONARSE EN EL SEÑOR

Guillermo y Pilar tienen 5 hijos de 21, 20, 15, 12 y 5

¿DE VERDAD ME FÍO DE TI, SEÑOR?

Últimamente pienso mucho en la Providencia, en cómo Dios siempre ha cuidado nuestra familia. Tengo mucha devoción a la Virgen de la Providencia y además el día que nos casamos quisimos que el sacerdote leyera el evangelio que habla de ella, en Mateo: *"No andéis , pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?"*. Nunca nos ha faltado nada, aunque a veces llegáramos muy justos a fin de mes. Y es que estamos pasando un tiempo de mucha incertidumbre, con Guille en paro y estudiando y yo, pues igual…

A veces quieres que todo sea perfecto y este curso escolar, mientras estudiábamos parecía que todo iba sobre ruedas, en el cole donde Guille hacía las prácticas le iban a dar trabajo a partir de septiembre, así que tranquilidad, yo me sentía muy agradecida al Señor. Pensaba: “Tú siempre nos cuidas, Señor”. Pero las previsiones en el colegio han fallado y el trabajo no ha salido. De repente te sientes en el aire, nada es seguro y los ahorros se nos van acabando.

Entonces es cuando te preguntas: “Pero ¿me fío de Ti de verdad, Señor?” A veces los sentimientos no acompañan, la sensación de inseguridad asusta. El Señor nos ha confiado 5 hijos a los que tenemos que cuidar y aún no ha llegado el trabajo deseado. Su Providencia está ahí, Él sigue amándonos, no nos va a dejar. ¡Claro que nos fiamos!

Él sigue siendo para nosotros el Buen Pastor, somos sus ovejas y cuida de su rebaño, siempre. *“Todo ocurre para bien de los que le aman”* nos dice San Pablo.

Hoy el desafío en familia es abandonarse en el Señor, dejar todas nuestras preocupaciones en Él. Hacer un acto de fe entregándole nuestra familia. Él es un Pastor bueno, un Padre preocupado por sus hijitos que somos nosotros. Nos va a cuidar siempre.

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domingo, 14 de julio de 2019

HOY EL DESAFÍO ES ESTAR PARA TU PRÓJIMO

Antonio e Isabel tienen dos hijos de siete y ocho años… y alguno más en camino…

UN EMBARAZO QUE NO ME VIENE BIEN

¿Puede un embarazo durar cuatro años? En nuestro caso, sí, pues desde que pusimos la semillita de la adopción hasta ahora, que estamos saliendo de cuentas, ha pasado exactamente ese tiempo. De hecho, la noticia de que teníamos de nuevo la maravillosa oportunidad de ser padres adoptivos… me pilló y me sigue pillando con el pie cambiado. 

Me siento como los otros protagonistas de la parábola del buen samaritano: los que ven al necesitado pero tienen la vida demasiado ocupada como para hacer hueco a los demás. Ya habrá otro que le ayude, se dicen.

Y a mí, que llevo dos semanas de vacaciones con mis hijos, y me encierro en el baño para mirar el móvil, que trato de escapar de mi familia como de una trampa, que veo venir al bebé (o bebés, ojalá) con terror y deseo a partes iguales, me pasa lo mismo que al sacerdote y al levita: que me pierdo la vida por no remangarme y meterme en faena. Porque si no hago castillos ni cojo cangrejos ni escucho las canciones que les gustan a mis hijos, luego no podré recuperar ese tiempo con ellos. Y ellos tampoco. No habrá otro buen samaritano que me sustituya. Esa misión me toca a mí. 

El otro día, mi hijo me llamaba desde la cama. Esa noche dormía con nosotros un sobrino de veinte años, que se levantó para ver qué quería. Pero mi hijo siguió llamándome. Cuando fui, me pidió un vaso de agua. Un poco mosca, le pregunté por qué no le podía haber dado el agüita dichosa su primo. Me respondió que porque él no era su padre. Así que me callé y le llevé el vaso.

Por eso, hoy el desafío en familia es estar para tu prójimo, para tu esposa o esposo, para tus hijos. Para eso hay que mirarlos con ojos nuevos, como los miraría Jesús, el Buen Samaritano: con ojos de enamorado, que ve más allá de la rutina y de los defectos. No hay otro que pueda, ahora mismo, hacerlos sentir mirados, escuchados, queridos como Dios los quiere. Dios te ha puesto a ti para eso. ¡No pierdas la oportunidad!




domingo, 7 de julio de 2019

HOY EL DESAFÍO ES DIRIGIR A DIOS TUS PORQUÉS

Sara y Santi tienen 5 hijos de 11,9,7,3 y 10 meses.

¿CANSINISMO O APRENDIZAJE?

Supongo que se os ha dado esta situación miles de veces en sus distintos formatos: “Mamá, ¿por qué haces esto?”, “Mamá, ¿por qué hay esto de comer?”, “Papá, ¿por qué hay que portarse bien?”, “Papá, ¿por qué me tengo que ir a la cama?” “¿Por qué me dices esto a mí?”, “¿Por qué no le riñes a él/ella?”….Y así hasta el infinito y más allá, ¿verdad? ¡¡¡¡Es agotadorrrrr!!!!

El otro día me di cuenta de que, para ser justos, no sólo los niños hacen esto. Nosotros los adultos, los que se supone que tenemos las cosas controladas y vivimos y llevamos nuestra vida “en la dirección que queremos”, nos paralizamos muchas veces ante imprevistos y no paramos de decir “¿por qué?, ¿por qué a mí?, ¿por qué no ha salido como esperaba?” y así podemos estar en bucle un tiempo.

La diferencia con los niños es que ellos lo hacen como parte de un proceso (muy muy sonoro, por cierto) para aprender normas, razonamiento, procesos de pensamiento… Un adulto lo vive como algo frustrante que se sale de su plan, de su lógica. Algo que le bloquea y le frena en su camino. El niño pregunta hasta que le sacia la respuesta y, el adulto…¿cómo sale del bucle? Cada uno a su manera, pienso yo.

¿Y si nos volviéramos niños una vez más y nos dirigiésemos a nuestro Padre para preguntarle? Una de las respuestas sería que no oigo nada, que sigo sin entender….¿Te suena esa frase típica de padres que dice que “cuando seas mayor lo entenderás”? Pues eso, cuando llegue nuestro tiempo, lo entenderemos. Los planes de Dios no son nuestros planes, el tiempo de Dios no es nuestro tiempo. Lo sabemos, pero es bueno recordarlo de vez en cuando, para no frustrarnos tanto.

Hoy el desafío en familia es dirigir a Dios tus porqués. Cuanto más hablemos con Él, más podremos comprender. Él decide cuándo darnos la gracia, abrir nuestro corazón y nuestros ojos para poder ver algo, para entender por qué hace unos meses me pasó algo: ¿Será para llegar a este momento y poder superar esta otra dificultad? ¿O para abrir nuestra mente para poder entender esta otra situación? Lo que sea, Él sabrá.


sábado, 29 de junio de 2019

HOY EL DESAFÍO ES MIRAR ATRÁS SIN AÑORAR

Pascual y Esther tienen una hija de 3 años

MIRARÉ HACIA ADELANTE Y TE SEGUIRÉ

Los primeros meses de cualquier bebé parecen quizá eternos, con un intenso ralentí que yo no era capaz de entender. Parecía que no iba a pasar, pero sí pasa muy rápido... Estamos comenzando el verano y viviendo con alegría la mirada a la siguiente etapa: empezar el cole.

Surge una tentación: la mirada al pasado. Cómo fueron las primeras semanas de vida de nuestra hija, los baches, las alegrías. Cómo fueron las primeras semanas de matrimonio, sus retos y sobre todo sus momentos de estar con aquel que comenzabas a llamar 'mi marido'/'mi mujer', y que solo querías seguir repitiendo para que todos lo supieran.
Tardes de paseo, lectura, silencio (ese gran desconocido), cuerpos y fuerzas diferentes para enfrentar los retos, preocupaciones totalmente distintas... 

Cuando parece que quiere tentarme la tristeza, lo que realmente necesito es reorientar mi mirada para ver que estoy donde quería estar. Que yo pedí 'seguirle' y nuestro Sí ante y con Él tiene su fruto en mi día a día. Fruto de alegrías y tristezas, salud y enfermedad, debilidades y riquezas. Estoy donde Le he pedido, donde tanto me ha costado llegar, y el Evangelio me ayuda a centrar ahí mi mirada. Porque «el que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios.»

Hoy el desafío en familia es mirar con alegría esos momentos dejados atrás y con más alegría los de tu hoy, con todo lo que implica tu 'hoy'. Sin preocupaciones por el futuro, sin prever el dolor, y procurando amar bajo su comprometedora petición: SÍGUEME.


sábado, 22 de junio de 2019

HOY EL DESAFÍO ES DARLE LO QUE TIENES

María y Álvaro tienen dos hijos de tres meses y tres años.

AL LÍMITE DE LAS FUERZAS

Once de la noche. Acabamos de llegar de urgencias. Por segunda vez en el dia. Por uno y por otro, hoy los niños no tienen su mejor día. Fiebre, pesadillas, llantos, malestar, dolores... La noche pasada fue de poco dormir y esta se espera parecida. Y cuando se acaban de dormir los dos, hace unos minutos, me siento rendida en el sofá, miro al cielo y pienso: "No tengo más fuerzas. Hoy que nadie me pida nada más". No sé si moverme de aquí o quedarme dormida tal cual estoy. 

Así que, en un ejercicio de esfuerzo máximo, abro las lecturas del domingo y leo:
"No tenemos más que cinco panes y dos peces"... y tienen que dar de comer a cinco mil. Y eso me identifica profundamente. Para estar con los niños y cuidar de ellos, pero también para estar con mi marido, necesito de una sensibilidad, paciencia, energía y cariño… que equivale a mil kilos de pan. Y yo sólo tengo unas pocas hogazas. 

Por eso, hoy el desafío en familia es poner lo que tenemos delante de Dios y pedir fe para confiar en que Él nos rescatará de todas las situaciones si las ponemos en sus manos. Y multiplicará nuestros recursos igual que lo hizo con los panes y los peces.


sábado, 15 de junio de 2019

HOY EL DESAFÍO EN FAMILIA ES DAR UN ABRAZO


María y Miguel tienen un hijo de 12 años

VAIVENES ADOLESCENTES

Nuestro hijo está un poco insufrible.  Aunque tiene sus días, la pubertad le ha dado fuerte. Gracias a Dios, sigue siendo un niño bueno y cariñoso pero hay momentos en los que no lo aguanta ni su madre. Se pasa la tarde (que es cuando más nos vemos) retándome, a ver hasta dónde puede llegar o tratando de molestarme hasta que me enfado. Sé que yo soy la madre y la adulta pero algunas veces, más de las que yo quisiera, me saca de mis casillas. Normalmente se calma al llegar la noche y, después de rezar, me abraza y me dice cuánto me quiere.  "Obras son amores..." suelo pensar, pero la verdad es que con ese gesto me desarma. 

Con qué frecuencia nos equivocamos y herimos a los seres más cercanos y queridos sin pretenderlo. Y qué bueno es tener la valentía y la humildad de pedir perdón.  Muchas veces no hace falta que sea de forma directa. Quizá basta un gesto amable o un abrazo, sin palabras. Habitualmente serán cosas sin importancia, pero puede que alguna vez sea algo más grave. Cuando me cuesta perdonar, yo me planteo ¿qué no me habrá perdonado Dios a mí? 

Hoy, el desafío en familia es darle un abrazo al Señor. Al final del día (o al principio, o cuando quieras) tómate unos segundos para decirle que lo quieres. No importa lo que hayas metido la pata.  Él todo lo perdona y de todo se olvida. Él cuenta con mi miseria y con la tuya, y no se sorprende de ninguno de nuestros errores. Lo único que pide es que confíes en su amor, que supera cualquier barrera. ¡Feliz domingo!