sábado, 27 de noviembre de 2021

HOY EL DESAFÍO ES CONFIAR COMO NIÑOS

María y Álvaro tienen dos hijos de cinco y dos años y un bebé de un mes

«YO PIDO PARA QUE NO SE MUERA EL BISA»

Esta mañana la moco de 5 años ha dicho esto cuando ofrecíamos el día. Tenemos al abuelo en el hospital y ella, en un razonamiento muy claro entiende que «a veces los "viejitos" se mueren cuando van al hospital malitos».

Y en estos días en que se nos ha juntado el nacimiento de la pequeña, el covid en casa, confinamiento, enfermedades de unos y otros... no me sale mirar al Señor como a mi padre, como aquel que lo puede todo. Pero los niños son mucho más claros que nosotros y les hemos enseñado que Dios lo puede todo, así que se atreven y confían en pedirle a Dios que cure a uno o que cuide de otro.

El soldado romano que no se considera digno de que Cristo entre en su casa, la hemorroísa... Tantos ejemplos de  momentos en que la confianza en Dios ha hecho milagros en la vida de tantas personas. Pero nos cuesta, no nos creemos que Dios lo pueda todo y menos que vaya a mirarme a mí y cambiarme la vida.

Por eso hoy el desafío es tener la confianza de los niños, y pedir a Dios que toque nuestra vida, acercarnos a tocar el borde de su manto y dejar que sea Él el que transforme nuestra familia.



sábado, 20 de noviembre de 2021

HOY EL DESAFÍO ES DEJARLE REINAR

Antonio e Isabel tienen tres hijos de once, nueve y dos años

UN PESO EN EL CORAZÓN

Estas últimas semanas la familia ha entrado en crisis: los dos mayores han empezado a traer exámenes suspensos. El motivo es sencillo: mamá no ha estado en casa por la tarde. Solo tenían a papá para hacerles estudiar, y a papá es más fácil torearle, sobre todo porque es imposible estudiar con dos a la vez mientras el bebé reclama una atención constante. 

Gritos, castigos, amenazas (incluso con sacarles del colegio): nuestras tardes se han convertido en un auténtico campo de concentración. Resultado: padres agotados e irascibles, y los hijos más irascibles y agotados si cabe. 

¡Qué rápido perdemos la alegría! ¿Basta un suspenso para que el cielo caiga sobre nuestras cabezas? Lo peor de todo es el peso en el corazón. Parece que la vida entera se ha vuelto un examen. Siento que me ponen nota por todo: si soy un buen padre, un buen marido, un buen profesor, si tengo un buen coche, una buena casa… 

Este domingo celebramos la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo. En el Evangelio, parece que Pilatos examina, con sus criterios mundanos, la realeza de Jesús. Pero nuestro Señor no se pone a su nivel, no saca pecho, no esconde sus fracasos. Su reino no es de este mundo. El Señor no me ama más porque saque mejores notas, ni porque sea el padre perfecto. Su reino está compuesto por los pobres de la tierra, por los más pequeños. 

Por eso hoy el desafío en familia es dejarle reinar. Poner nuestra vida en sus manos, como una ofrenda humilde de nuestros talentos, para que Él sea el banco que los haga fructificar, no como nosotros queremos, sino como quiera Él. Dejemos que Cristo lleve el timón de nuestra vida, y no perderemos la alegría, porque si Él está con nosotros, ¿quién podrá contra nosotros? Y si tratamos de hacer su voluntad, todo lo que nos ocurra será para bien. Hasta los suspensos.




sábado, 13 de noviembre de 2021

HOY EL DESAFÍO ES AGRADECER LO QUE TIENES

 Santi y Sara tienen 5 hijos de 13, 11, 10, 6 y 3 años.

¿POR QUÉ ÉL SÍ Y YO NO?

Últimamente son muy comunes este tipo de preguntas en nuestra casa (o similares: “¿Por qué me castigas a mí y a él no?”). Es curioso cómo observamos, adultos y niños, la justicia en nuestras vidas y cómo envidiamos lo de los demás.

Como padres, es “fácil” ver que a uno le va bien esto y a otro no puedo dárselo aún o debo reprender a uno por algo y al otro debo darle más margen porque a lo mejor es pequeño aún. Pero, como hermano, compañero de trabajo, hijo o, incluso, esposa… ¡la cosa cambia mucho!

Nuestro mayor está con la historia de que se le reprende más que a nadie. La segunda que no se le escucha y que nunca… (lo que sea). El tercero que se le castiga mucho. La cuarta que siempre tiene que hacer ella lo de todos. La quinta, de momento, básicamente protesta cuando no quiere hacer algo. Y luego llegamos nosotros, que a veces nos vemos pensando o diciéndole a nuestros padres eso de “A mi hermana le has dicho que viene muy guapa y a mí no” o pensando en el trabajo “¿Por qué a Fulanita le han permitido tal o cual?”

¡Somos la pera! ¿En serio tenemos el foco tan girado que no vemos más allá de nuestras narices? ¿De verdad que pensamos que TODO es para los demás y nada para nosotros? Es comprensible en determinadas fases evolutivas de nuestra vida, pero mantenernos ahí ya nos hace la vida mucho más complicada y cansada, la verdad.

Por eso hoy el desafío en familia es agradecer lo que tenemos, que es mucho, y no mirar lo que nos falta o lo que envidiamos de los demás. Dios está ahí dándonoslo todo: poder disfrutar de Su creación, una familia, un corazón anhelante, inteligencia, un día más, amor y, sobre todo, esperanza en Él. Feliz domingo.



sábado, 6 de noviembre de 2021

HOY EL DESAFÍO ES DARSE EN LO PEQUEÑO

 María y Miguel tienen un hijo de 14 años

ME CAE MAL

He de reconocerlo: san Pablo me ha caído siempre un poco gordo. No sé el motivo exacto, pero es así. En ocasiones entiendo y reconozco las perlas de sabiduría que nos ha dejado a sus hermanos de todos los tiempos. Sé que algún día llegaré a apreciarlo pero, de momento, solo reconozco el valor de su legado espiritual. Como en las lecturas de hoy. 

Es difícil encontrar lecturas más claras y más hermosas. La cosa va de dar y darse, de ser generoso, ¿y quién nos da ejemplo de entrega total? Nuestro Señor, ¿se puede dar mayor ejemplo que dando la vida? La carta de San Pablo nos aclara que no se trata solo de dar limosna, que también, se trata sobre todo de darse a uno mismo. ¿Y qué lugar más idóneo para darse que la familia? A mí me cuestan muchas cosas, una de ellas son los viernes, y más si he trabajado hasta tarde el día anterior. Me voy arrastrando por la vida, me duele la cabeza, me pongo borde e impaciente, todo me molesta... vamos, que tengo un humor de perros. Controlar mis formas ese día me resulta agotador pero sé que es eso lo que me pide mi Padre Dios.

Hoy el desafío es darse, pero darse hasta que duela, como diría la Madre Teresa. Busca la manera de entregarte un poco más a tu marido o a tu mujer, a tus hijos o a tus padres. Sonríe aunque estés muerto de sueño para hacerles la vida más amable a los tuyos; sé fuerte y corrige a ese adolescente con firmeza pero con mano izquierda, cuando te apetecería gritar a pleno pulmón; haz el café de la mañana para que el otro lo encuentre preparado al levantarse; cede en ese detalle sin importancia para favorecer el clima de cariño... porque la entrega está en eso, en las monedillas, que parecen poca cosa pero que son todo lo que tenemos. Dios lo sabe y lo valora y eso es lo único que importa. ¡Feliz domingo!