sábado, 29 de mayo de 2021

HOY EL DESAFÍO EN FAMILIA ES PEDIR NO QUEDARNOS EN BLANCO

 Sara y Santi tienen 5 hijos de 13,11,9,5 y 2 años.

YA HA VENIDO Y ESTÁ AQUÍ SIEMPRE.

Estaba frente al ordenador y no se me ocurría nada sobre lo que escribir. Parece que muchas veces vivimos como si todo fuese normal, anodino, cansado (final de curso), obvio… pero el domingo pasado celebramos Pentecostés, y hoy el Señor nos recuerda que ¡estará SIEMPRE con nosotros!

Entonces, hice eso que he oído muchas veces y a veces olvido: pedir luz al Espíritu Santo y, en el vacío inicial, encontré mi respuesta (bueno, me fue dada, más bien). Precisamente tenía que hablar de lo que hago cuando me quedo en blanco. 

¿Sabes esa típica pregunta de tus hijos a la que solo puedes responder con un “Dame un rato y te la contesto luego” porque no sabes ni por dónde tirar? Incluso con un “Pregúntale a tu padre, que de eso sabe mucho” (y no hablo de matemáticas).

Pues, después de haberme quedado sin respuestas más de una vez, ahora pido al Espíritu Santo que me ayude, que hable por mí, que me ilumine y les ayude a entender a su torpe madre cada vez que hay una conversación importante. Incluso lo hago en el trabajo, cuando se necesita un buen consejo o reconfortar a alguien.

Por eso hoy el desafío en familia es pedirle al Espíritu Santo que no nos quedemos en blanco. Que nos ayude a ser certeros con nuestros comentarios, a saber expresar el amor de Dios, a vivirlo en nuestras familias. Si siempre estará con nosotros, siempre podremos “tirar” de su ayuda, ¿no?



sábado, 22 de mayo de 2021

HOY EL DESAFÍO ES SER POLÍGLOTA

 María y Miguel tienen un hijo de 14 años 

DOMINGOS AL SOL

Domingo, media mañana, limpieza semanal, ambiente relajado en casa. Mi adolescente tumbado en la cama haciendo nada. Me acerco, ¿qué te pasa?, nada. Me entran ganas de reñirle y decirle que por qué está perdiendo el tiempo, que si no tiene nada que hacer, que tiene la habitación patas arriba... pero por alguna razón misteriosa, no es mi estilo, me doy la vuelta y me marcho bastante tensa, sé que estas situaciones suelen acabar en discusión y posterior enfado. Cuando voy por el pasillo veo por el rabillo del ojo que se acerca mi marido y se tumba a su lado... a los pocos minutos oigo como los dos charlan tranquilamente... el ambiente se relaja, se aleja la borrasca. Mi hijo seguramente buscaba llamar mi atención, pensar o compartir un momento de intimidad, pero no supe detectar las señales y casi me lanzo al desastre.

¿Cuántas veces nos pasa eso con las personas más cercanas? No sabemos interpretar lo que nos intentan decir, parece que hablamos idiomas distintos. Cuántas veces un gesto o una palabra bienintencionada acaba en una discusión absurda por falta de entendimiento... ¿y quién mejor que el Espíritu Santo para concedernos sabiduría y entender así a los que amamos? 

Esta semana el desafío en familia es pedir el don de lenguas, como en Pentecostés. Dios es el mismo de entonces y su poder no ha menguado un ápice. Pide el don de comprender lo que necesita tu hijo, tu esposa, tu padre. Suplícale la capacidad de descifrar las señales que te envían las personas a las que amas, incluso las que son inconscientes y revelan los deseos más profundos de su corazón. El Espíritu Santo, que transformó a los apóstoles, te transformará a ti y derramará sus dones sobre tu familia. ¡Feliz domingo de Pentecostés!




sábado, 15 de mayo de 2021

HOY EL DESAFÍO ES VIVIR CON FE LA VIDA Y LA MUERTE

María y Álvaro tienen dos hijos de dos y cuatro años.

¿MIEDO A HABLAR DE LA MUERTE?

Salgo del tanatorio, con una paz interior como hacía tiempo no tenía. Dentro del dolor de la pérdida, la familia está en paz y hoy el difunto me ha hecho un regalo, poder estar en misa con paz y acompañando a amigos muy queridos.

Cuando vimos en casa "El Rey León" (spoiler alert), sentimos que no es fácil hablar de la muerte con los niños. Pero en realidad nos es difícil porque nos cuesta asumirla como el paso que es y traducir eso a los enanos. Cuando éramos pequeños mi madre pintó la muerte y el cielo tan bonito, tras la muerte de mi abuelo, que mi hermano dijo que quería morirse ya e irse al cielo con el abuelo. Y es que no es sencillo aunar dolor y alegría, pérdida y reencuentro, muerte y resurrección. 

En el Evangelio de hoy nos dice el Señor: «Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.» No hasta el día de tu muerte, no. Todos los días hasta el fin del mundo. Él nos ha dejado claro que la muerte no es el fin, y al mismo tiempo lloró por Lázaro, pidió a su Padre que, si era posible, pasase el cáliz de la muerte, asumiéndola y abrazándola después. Porque el dolor no está reñido con el Amor, aunque nos cueste entenderlo y más aún vivirlo.

Por eso hoy el desafío en familia es vivir la vida con fe, y pedir luz para vivir la muerte. Perder el miedo a hablar con nuestros hijos del cielo, de la resurrección y la vida eterna.



sábado, 8 de mayo de 2021

HOY EL DESAFÍO ES DECIR "AQUÍ ESTOY".

Antonio e Isabel tienen tres hijos de diez, nueve y un año.

TODA LA MISA VUELTO HACIA ATRÁS

El viernes fui padrino en una confirmación. En el banco de delante, un chico que iba a confirmarse se pasó literalmente toda la misa mirando hacia atrás. No sé si buscaba a sus padres o saludar a algún amigo, pero desde luego, muy pendiente del Espíritu Santo no estaba. 

Este domingo mi segundo hijo hace la primera comunión: fin de semana completito. No hace falta explicar todas las tensiones y nervios asociados a estas fiestas: organizar mesas, controlar regalos, prever el clima, preparar la ropa… 

Si la vida parece una gymkana, en estos momentos se convierte ya en un escape room. Por eso, medio en broma, comentaba con otros papás: "Que no se nos olvide que lo más importante es… ¡que llegue el domingo por la noche!"

Esa frase —que no se te olvide lo importante— se la llevamos repitiendo a nuestro pobre hijo desde hace meses. Lo importante no es cuántos regalos vas a tener, ni si vienen los primos o en qué restaurante comemos. Lo importante...

Y de pronto vi clarísimo que yo no era distinto de ese chaval que miraba hacia atrás. Físicamente guardaba las formas, pero mi corazón estaba vuelto de espaldas al Señor, hacia las cosas del mundo.

Es algo parecido a lo que dice el Señor: "No sois del mundo sino que yo os he escogido". Las cosas del mundo nos distraen de lo importante. Nos agobian, nos agotan, y al final no disfrutamos de quien está deseando estar con nosotros: nuestra familia, nuestros seres queridos, y, por encima de todo, el Señor. 

Por eso hoy el desafío en familia es decir "Aquí estoy". Es lo que decían los confirmandos en la celebración, lo que me gustaría que mis hijos y mi ahijado viviesen: aquí estamos, Señor, rotos los hilos que nos atan al mundo, para seguirte. Queremos estar para ti y estar para los que nos has dado.



domingo, 2 de mayo de 2021

HOY EL DESAFÍO ES DARLE LA MANO AL CAMINAR

Sara y Santi tienen 5 hijos de 13,11,9,5 y 2 años.

JUGANDO POR LOS BORDILLOS 

Cuando salimos con los niños a pasear o nos desplazamos andando, el camino se hace largo porque no hay escalón, bordillo o murete al que no quieran subirse para hacer equilibrios, ¿verdad?

Normalmente te piden la mano o ya la ofreces tú “por si los chichones”. Pero me he dado cuenta de que llega un momento en que casi no se enteran de que van de nuestra mano, que corren sin consultar, que saltan sin avisar… No tienen miedo porque saben que están seguros, que “alguien” cubre sus espaldas (y su nariz).

En cambio, los adultos muchas veces tenemos miedo y un cuidado excesivo en nuestras vidas (y por eso queremos calcularlo todo, tenerlo bajo control) porque no somos conscientes de que no vamos solos, de que Alguien nos lleva de la mano.Vamos con Él como los discípulos camino de Emaús, sin darnos cuenta de Su presencia. 

Así que hoy el desafío en familia es darLe la mano al caminar. Ser consciente de que está a tu lado y no tener miedo como los niños (o tener menos, jeje), hablar con Él, pedirle que nos agarre fuerte para superar lo que necesitemos. ¡Feliz Pascua!