sábado, 8 de mayo de 2021

HOY EL DESAFÍO ES DECIR "AQUÍ ESTOY".

Antonio e Isabel tienen tres hijos de diez, nueve y un año.

TODA LA MISA VUELTO HACIA ATRÁS

El viernes fui padrino en una confirmación. En el banco de delante, un chico que iba a confirmarse se pasó literalmente toda la misa mirando hacia atrás. No sé si buscaba a sus padres o saludar a algún amigo, pero desde luego, muy pendiente del Espíritu Santo no estaba. 

Este domingo mi segundo hijo hace la primera comunión: fin de semana completito. No hace falta explicar todas las tensiones y nervios asociados a estas fiestas: organizar mesas, controlar regalos, prever el clima, preparar la ropa… 

Si la vida parece una gymkana, en estos momentos se convierte ya en un escape room. Por eso, medio en broma, comentaba con otros papás: "Que no se nos olvide que lo más importante es… ¡que llegue el domingo por la noche!"

Esa frase —que no se te olvide lo importante— se la llevamos repitiendo a nuestro pobre hijo desde hace meses. Lo importante no es cuántos regalos vas a tener, ni si vienen los primos o en qué restaurante comemos. Lo importante...

Y de pronto vi clarísimo que yo no era distinto de ese chaval que miraba hacia atrás. Físicamente guardaba las formas, pero mi corazón estaba vuelto de espaldas al Señor, hacia las cosas del mundo.

Es algo parecido a lo que dice el Señor: "No sois del mundo sino que yo os he escogido". Las cosas del mundo nos distraen de lo importante. Nos agobian, nos agotan, y al final no disfrutamos de quien está deseando estar con nosotros: nuestra familia, nuestros seres queridos, y, por encima de todo, el Señor. 

Por eso hoy el desafío en familia es decir "Aquí estoy". Es lo que decían los confirmandos en la celebración, lo que me gustaría que mis hijos y mi ahijado viviesen: aquí estamos, Señor, rotos los hilos que nos atan al mundo, para seguirte. Queremos estar para ti y estar para los que nos has dado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.