sábado, 26 de diciembre de 2020

HOY EL DESAFÍO ES ESTAR ATENTOS

María y Álvaro tienen dos hijos de uno y cuatro años.

UN CALENDARIO REPLETO

El día que empezaban las vacaciones me puse con mi hija a hacer un «calendario» y fui escribiendo lo que íbamos a hacer cada día, para que supiese un poco los planes: cuándo íbamos a casa de los abuelos que tanto tiempo lleva pidiendo, etc. Pero cuando terminamos de escribir me di cuenta de que no había escrito por ningún sitio Nochebuena o Navidad, ni habíamos recordado qué día nace Jesús. 

Y así podemos pasar estos días, centrados en las restricciones, los menús, las luces, las decoraciones, regalos y los pocos encuentros con unos y con otros, pero sin acordarnos alrededor de quién nos juntamos en Navidad.

Me impresiona del Evangelio de hoy cómo Simeón dice (algo así) «ya puedo morirme, que ya he visto a Dios» y le vio porque estaba atento, no como yo... que nace Jesús en mis fauces y no soy capaz de reconocerle.

Hoy el desafío en familia es vivir la Navidad. Quizá ponernos alrededor del Belén, quizá leyendo el pasaje del Evangelio, o encendiendo una vela y rezando en familia, pero recordando que aunque estemos atentos a otras cosas, Jesús se hace un hueco si le dejamos pasar.



sábado, 19 de diciembre de 2020

HOY EL DESAFÍO ES DECIR HÁGASE

Antonio e Isabel tienen tres hijos de diez, ocho y un año.

CUARENTA MIL GRACIAS

40 años no se cumplen todos los días. No puedes evitar hacer balance, comparar lo que imaginabas con el resultado, y, al menos en mi caso, no estaba sacando buena nota en ese examen de conciencia. Cuanto más se acercaba la fecha, mayor era la sensación de miseria, fracaso y soledad. Y sin embargo, cuando llegó el día, mi mujer consiguió ponerme patas arriba y darle la vuelta a la tortilla. Empecé a recibir mensajes de cariño de personas, amigos, compañeros de los que hacía años que no tenía noticias, o con los que trabajo codo con codo todos los días, familiares más o menos lejanos, amigos de la Universidad y de la infancia… Tanta gente que me quiere, me recuerda, reza por mí. Imagino que en estos tiempos es el equivalente a una fiesta sorpresa. 

Pocas veces he sentido una avalancha de gratitud como ahora. Quizá en el momento en que vi a mi mujer vestida de novia caminando hacia el altar, o con la venida al mundo de mis hijos, o en esa confesión, profunda, profunda, en la que te sientes abrazado por la ternura de Dios. No podía dejar de pensar: esto no te lo mereces. No te mereces la vida que tienes, no te mereces todas esas personas que Dios te ha dado. Por eso es un regalo, porque es gratuito, desinteresado, inmerecido. 

Dice san Pablo que hay más alegría en dar que en recibir, pero a veces lo que toca es dejarse querer. Como nuestra Madre ante el ángel Gabriel. Simplemente deja hacer a Dios. 

Hoy el desafío en familia es decir Hágase. Dejar que se cumpla en nosotros el amor. Aceptar el regalo de nuestra vida, el regalo de nuestra vocación, el regalo de nuestra familia, el regalo del amor inmerecido de nuestro Señor. Fíjate en todas las cosas grandes y pequeñas que ha hecho Dios en ti, y alábale con la canción que le cantaba su madre embarazada: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque se ha fijado en la pequeñez de su esclava…



sábado, 12 de diciembre de 2020

HOY EL DESAFÍO ES ASOMBRARSE

Sara y Santi tienen 5 hijos de 12, 10, 9, 5 y 2 años.

COMO NIÑOS DISFRUTONES

Una de nuestras hijas pequeñas tiene un carácter maravilloso. Es muy entusiasta con todo lo que vive y hace. Ahora mismo se nota un montón, porque tiene algún hermano que está en la fase opuesta: de qué va, que me opongo, y todo me parece un bajón.

Recuerdo que un día estábamos contando cuentos y haciendo cosquillas a las pequeñas mientras las acostábamos y me susurró al oído: “¿Podemos estar más tiempo en esta fiesta de pijamas?”. 

Si vamos de ruta o hacemos algo, de repente te sorprende con  un: ”¡Qué bien lo pasamos!, ¡qué bonito es esto!”

Ella vive asombrada con todo y lo eleva al nivel de fiesta y de “súper planazo”. Lo que le hace dar luz a su paso, cosa que los adultos hemos perdido muchas veces.

En el evangelio de hoy se habla de que Juan era testigo de la Luz y en la segunda lectura de dar gracias a Dios en toda ocasión. ¿Qué mejor que viendo la Creación y la vida con los ojos de un niño?

Hoy el desafío en familia es asombrarse como los niños de lo que tenemos, vemos, compartimos, de que Jesús va a nacer… y dar gracias será la consecuencia directa. Además de que nos sentiremos mucho más felices, afortunados y queridos.



sábado, 5 de diciembre de 2020

HOY EL DESAFÍO ES SALVAR LA NAVIDAD.

María y Miguel tienen un hijo de 13 años.

BELÉN CONFINADO

Tenemos un belén muy original y divertido. Es de barro y artesano. Sus dimensiones son ya muy considerables, así que lo guardamos en casa de un familiar porque en nuestro piso diminuto no hay espacio. Cada año dedicamos un fin de semana a ponerlo y empantanamos toda la casa, pero este año no podremos ir a buscarlo a causa de los confinamientos. Mi hijo no da crédito: ¿que este año no hay belén? ¡Pero si casi es Navidad! Lo único que tenemos, porque lo guardamos en casa, es la corona de Adviento y un adorno para la puerta de la calle que hizo el niño cuando era pequeño. ¡Menos es nada!

El belén, el árbol y los adornos ayudan a preparar la fiesta, sobre todo cuando hay niños, pero no son lo más importante. Este es un año extraño y el tiempo de Navidad hace juego con él. No habrá cabalgatas, ni grandes cotillones. En los medios de comunicación se oye mucho la expresión: salvar la Navidad, y creo que llevan mucha razón, aunque no estoy pensando en el plano económico. Quizá este año no te apetece poner el árbol o no puedes (como nosotros). Tal vez estás triste o agobiado porque has perdido a alguien o porque no tienes trabajo, pero la Navidad no son regalos, ni adornos, ni luces, ni siquiera reuniones familiares. La Navidad es la mejor noticia: Dios viene en forma de niño para estar contigo.

Esta semana, el desafío en familia es salvar la Navidad. Ve a la esencia y celebra que Dios ha venido a la tierra para salvarte. Prepara la venida del Salvador con una oración por quien lo necesita, con una limosna, con una videollamada, con una sonrisa cálida, con una tarjeta de felicitación. Aprovecha para recordarte a ti mismo y a los tuyos que la Navidad es la llegada del Mesías. Es Dios-con-nosotros y eso no debemos dejar de celebrarlo, aunque la fiesta vaya por dentro. Feliz domingo de Adviento.