martes, 29 de septiembre de 2020

Oración para preparar el XXVII Domingo del Tiempo Ordinario

Si tienes un poco de tiempo, puedes hacer oración con nosotros con la Palabra del próximo domingo. 

  • Puedes descargar el PDF aquí.
  • Puedes escuchar el audio aquí.

En ambos casos se recomienda leerlo o escucharlo haciendo pausas para que pueda surgir el diálogo con el Señor.

sábado, 26 de septiembre de 2020

HOY EL DESAFÍO ES DEJAR QUE DIOS SEA DIOS

Antonio e Isabel tienen tres hijos de uno, ocho y nueve años.

¿QUÉ VA A SER DE MIS HIJOS?

A todos los padres nos asalta esa pregunta angustiosa. Pienso en mis propios padres, que criaron cinco hijos, que se estrenaron con trillizos (yo era el segundo), y encima el que iba después de mí venía con parálisis cerebral… Lo que tuvieron que sufrir ellos: noches sin dormir, médicos para sacar adelante a mi hermano, la lucha diaria para que no nos peleásemos… 

Pero sobre todo, el temor por que saliésemos adelante, que encontrásemos nuestra vocación, que fuésemos buenas personas. Después he sabido que mi madre rezaba todos los días un misterio del Rosario por cada uno de sus cinco hijos. 

Al final, los años ponen esas preocupaciones en su sitio. Nada sale como los padres planeamos. Sale como Dios quiere… y como quiera cada hijo con su libertad.

A veces caemos en la tentación de quitarle el sitio a Dios. Tenemos el deber de educar a nuestros hijos, pero eso no nos da el derecho a juzgarlos, y mucho menos a condenarlos. Porque sólo Dios ve su futuro y sólo Él puede salvarlos y hacerlos felices. El Evangelio de hoy nos recuerda lo que nos parecemos a los fariseos en eso: las prostitutas y los publicanos nos pueden adelantar si vamos por ahí mirando la paja en la vida ajena y no la viga en la nuestra. 

Por eso hoy el desafío en familia es creer en nuestros hijos, nuestros hermanos, nuestro esposo... Y dejar el juicio y la salvación en manos de Dios. Piensa en la mirada más animante, confiada  y orgullosa de ti que hayas recibido nunca. La que te descubrió lo que vales, la que te puso en camino o te afianzó en tu vocación, la que te curó cuando estabas enfermo o desesperado. Esa es la mirada de Dios. Aunque también nuestra mirada de padres puede ser un reflejo de ella. 



martes, 22 de septiembre de 2020

Oración para preparar el domingo XXVI del Tiempo Ordinario

Oración para meditar con tiempo la Palabra que la Liturgia nos propone el próximo domingo. 

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En ambos casos se recomienda leerlo o escucharlo haciendo pausas para que pueda surgir el diálogo con el Señor.

sábado, 19 de septiembre de 2020

HOY EL DESAFÍO ES DEJAR QUE ÉL PONGA LAS PRIORIDADES

 Santi y Sara tienen 5 hijos de 12,10,9, 4 y 2 años.

 PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO

 ¡Comienza el curso! No me puedo creer que ya, por fin, vayamos a tener, todos, una rutina individual, un ritmo, un objetivo. La pandemia habrá tenido su lado positivo, familiarmente hablando, pero un poco de normalidad, de tiempo separados, nos viene muy bien a todos (como se dice en Galicia, “xente con xente” es decir, que gusta estar con gente de tu edad).

Los comienzos de curso para mí son casi como un fin de año. Empiezas con propósitos nuevos como: mejorar la organización, estar ahí para tus hijos con sus deberes y sus “historias varias” del colegio, buscar algo de tiempo para ti para poder hacer ejercicio o lo que quieras, encontrar tiempo para el matrimonio, para rezar solo y en familia, mejorar en tu trabajo, etc.

La lista es larga, la verdad, y hay miles de teorías que recuerdan eso de que “el que mucho abarca, poco aprieta”. ¿Quién mejor que Dios para ayudarme a dar sentido a mi vida, a poner en orden esta ansia de hacerlo todo? ¿No nos pasa luego que no hacemos ni la mitad?

Por eso hoy el desafío en familia es elegir los retos en la oración y poner en Sus manos la elección de lo que necesito emprender primero, lo segundo, lo tercero… Deja que Él sea el que ponga las prioridades y después ¡a pedirle fuerzas! Seguro que así, este curso llegas a más de lo que esperabas y las incertidumbres que nos rodean serán más asequibles y menos paralizantes.



martes, 15 de septiembre de 2020

Oración para preparar el próximo domingo XXV del TO

 Comenzamos un nuevo formato de oración, para meditar más despacio la Palabra que la Liturgia nos propone el próximo domingo. 

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En ambos casos se recomienda leerlo o escucharlo haciendo pausas para que pueda surgir el diálogo con el Señor.

sábado, 12 de septiembre de 2020

HOY EL DESAFÍO ES MANTENER EL HORNO CALIENTE

María y Miguel tienen un hijo de 13 años

EXPERTOS EN REPOSTERÍA

Durante el confinamiento, mi hijo consiguió que por fin  nos saliera bien el bizcocho. Era él quien me animaba a intentarlo una y otra vez y se ponía conmigo manos a la obra. Llevaba años (años, os lo prometo) intentándolo y no había manera. Nos dimos cuenta de que el problema era el horno:  el bizcocho no subía porque el horno no estaba lo suficientemente caliente. Una vez detectado el problema, nos  convertimos en  dos expertos con una única especialidad: bizcocho casero.

Qué hermoso es el evangelio de hoy que nos habla del perdón de nuestro amoroso Padre Dios. Él, que nos perdona tanto cada día, nos dice que debemos hacer lo mismo con nuestro hermano.  Todos sabemos la teoría, pero la práctica a mí me suele pillar desprevenida, con frecuencia me enfado por bobadas, cosas que no tienen importancia, pero que me cuesta dejar pasar, una discusión con mi marido o con mi hijo (a veces con una hermana) suele ser lo más frecuente.  Más veces de las que me gustaría me queda cierto resquemor, vamos, que como vulgarmente se dice "me la guardo".

¿Por qué me cuesta tanto perdonar de corazón?  Puede haber varios motivos. En mi caso la soberbia es, sin duda, uno de ellos, pero ¿cómo vencer? Creo que la respuesta es el amor. 

Por eso, hoy el desafío en familia es mantener el horno caliente. Que los "golpes" no nos sorprendan fríos, procura tener caliente de amor el horno de tu corazón: ofrécele tu día, acuérdate de saludarlo en el Sagrario cuando pases por una iglesia, saluda a su madre en el Ángelus, bendice la mesa...  haz  pequeños actos de amor a lo largo del día para no olvidar todo lo que te ama tu padre Dios, ya que amor con amor se paga, así conseguirás mantener el horno caliente y cuando lleguen los golpes de la jornada (que llegarán) no te sorprenderán frío.

¡Feliz domingo!



sábado, 5 de septiembre de 2020

HOY EL DESAFÍO ES DAR UN PASO ATRÁS

 María y Álvaro tienen dos hijos de 1 y 4 años.

CORREGIR PARA SALVAR

Estos días de fin de verano y de inicio de curso están siendo intensos. Volcamos en casa el estrés de todos los cambios: de coles, de profes, de trabajo, de horarios y rutinas… Y tengo la sensación de que todo lo que hago es abroncar a mi hija (y a mi marido también...).

Me siento como pollo sin cabeza. Lo peor es que no disfruto de estos días que podemos pasar las tardes juntos, sino que los paso intentando corregir en mis hijos todo aquello que no hacen como yo querría (entre otras cosas porque están desquiciados por llevar seis meses con sus padres 24/7) y, desde luego, no son correcciones que, como dice el Evangelio de hoy, "salvan a tu hermano".

Podemos vivir todo el curso como un estrés, pensando que no llegamos a todo, y volcando en nuestra familia la frustración constante, sin construir ni salvar a nadie. 

Pero también podemos plantearnos mirar las cosas desde el agradecimiento. Que yo tenga un trabajo nuevo no es "el estrés de cómo vamos a organizarnos" sino que es un regalo, un bien para nuestra familia y para mí…  

Por eso, hoy el desafío en familia es dar un paso atrás. Párate un poco y trata de mirar con algo de distancia, y por qué no, más fe y más esperanza. Pídele a Dios verte y ver a tus hijos cómo Él os ve. No con una mirada estresada o severa, sino esperanzada, paciente, ilusionada. Y verás que, aunque los problemas y las crisis sigan estando ahí, ya no son lo único que cuenta. {A veces una buena tarde imperfecta es la mejor forma de estar en familia. A veces pedir perdón es la mejor forma de corregir.} Vamos a afrontar juntos el reto de vivirlo así. Y vamos a educar en nuestros hijos la mirada, para vivir con la alegría que el Señor nos ha regalado.