sábado, 5 de septiembre de 2020

HOY EL DESAFÍO ES DAR UN PASO ATRÁS

 María y Álvaro tienen dos hijos de 1 y 4 años.

CORREGIR PARA SALVAR

Estos días de fin de verano y de inicio de curso están siendo intensos. Volcamos en casa el estrés de todos los cambios: de coles, de profes, de trabajo, de horarios y rutinas… Y tengo la sensación de que todo lo que hago es abroncar a mi hija (y a mi marido también...).

Me siento como pollo sin cabeza. Lo peor es que no disfruto de estos días que podemos pasar las tardes juntos, sino que los paso intentando corregir en mis hijos todo aquello que no hacen como yo querría (entre otras cosas porque están desquiciados por llevar seis meses con sus padres 24/7) y, desde luego, no son correcciones que, como dice el Evangelio de hoy, "salvan a tu hermano".

Podemos vivir todo el curso como un estrés, pensando que no llegamos a todo, y volcando en nuestra familia la frustración constante, sin construir ni salvar a nadie. 

Pero también podemos plantearnos mirar las cosas desde el agradecimiento. Que yo tenga un trabajo nuevo no es "el estrés de cómo vamos a organizarnos" sino que es un regalo, un bien para nuestra familia y para mí…  

Por eso, hoy el desafío en familia es dar un paso atrás. Párate un poco y trata de mirar con algo de distancia, y por qué no, más fe y más esperanza. Pídele a Dios verte y ver a tus hijos cómo Él os ve. No con una mirada estresada o severa, sino esperanzada, paciente, ilusionada. Y verás que, aunque los problemas y las crisis sigan estando ahí, ya no son lo único que cuenta. {A veces una buena tarde imperfecta es la mejor forma de estar en familia. A veces pedir perdón es la mejor forma de corregir.} Vamos a afrontar juntos el reto de vivirlo así. Y vamos a educar en nuestros hijos la mirada, para vivir con la alegría que el Señor nos ha regalado.




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