OPINIONES PARA TODOS LOS GUSTOS
Desde que nació el enano todo el mundo opina y juzga: si come más o menos, si va muy abrigado o muy poco, si usa o no chupete, si duerme más o duerme menos, así o asá...
Pero no me engaño: yo hago lo mismo, y lo hago con el que tengo más cerca. Cuántas veces vemos cómo educa a sus hijos nuestro vecino, nuestro amigo, y pensamos: yo lo hago mejor. Bendito sea Dios si puedo darle algo que me funciona, que me ayuda a educar, pero mi mirada muchas veces es la de aquel que se ve superior y da gracias a Dios como el fariseo de la parábola, lleno de soberbia por lo bueno que es uno mismo y lo bien que hace las cosas.
Sin embargo, olvidamos la gran noticia de que nos tenemos unos a otros para ayudarnos y corregirnos, para acompañarnos y alentarnos. Si miramos con humildad, aceptando nuestra pobreza, reconoceremos en los demás una ayuda y un compañero de viaje, y no una vara con que medirnos.
Por eso hoy el desafío en familia es pedir la gracia de mirar al otro, empezando por nuestro cónyuge, como compañero, como hermano, y mirar juntos a Dios sin buscar destacar por encima de los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.