sábado, 29 de junio de 2019

HOY EL DESAFÍO ES MIRAR ATRÁS SIN AÑORAR

Pascual y Esther tienen una hija de 3 años

MIRARÉ HACIA ADELANTE Y TE SEGUIRÉ

Los primeros meses de cualquier bebé parecen quizá eternos, con un intenso ralentí que yo no era capaz de entender. Parecía que no iba a pasar, pero sí pasa muy rápido... Estamos comenzando el verano y viviendo con alegría la mirada a la siguiente etapa: empezar el cole.

Surge una tentación: la mirada al pasado. Cómo fueron las primeras semanas de vida de nuestra hija, los baches, las alegrías. Cómo fueron las primeras semanas de matrimonio, sus retos y sobre todo sus momentos de estar con aquel que comenzabas a llamar 'mi marido'/'mi mujer', y que solo querías seguir repitiendo para que todos lo supieran.
Tardes de paseo, lectura, silencio (ese gran desconocido), cuerpos y fuerzas diferentes para enfrentar los retos, preocupaciones totalmente distintas... 

Cuando parece que quiere tentarme la tristeza, lo que realmente necesito es reorientar mi mirada para ver que estoy donde quería estar. Que yo pedí 'seguirle' y nuestro Sí ante y con Él tiene su fruto en mi día a día. Fruto de alegrías y tristezas, salud y enfermedad, debilidades y riquezas. Estoy donde Le he pedido, donde tanto me ha costado llegar, y el Evangelio me ayuda a centrar ahí mi mirada. Porque «el que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios.»

Hoy el desafío en familia es mirar con alegría esos momentos dejados atrás y con más alegría los de tu hoy, con todo lo que implica tu 'hoy'. Sin preocupaciones por el futuro, sin prever el dolor, y procurando amar bajo su comprometedora petición: SÍGUEME.


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