domingo, 4 de agosto de 2019

HOY EL DESAFÍO ES NO ARRANCAR PÁGINAS DEL EVANGELIO

María y Álvaro tienen una hija de 3 años y un hijo de 5 meses 

EXCUSAS PARA NO ESCRIBIR

Una semana llevo buscando un reto, leyendo y releyendo el Evangelio del domingo, pero no se me ocurría nada. Excusas, las habituales: que siempre escribo de lo mismo, que voy a repetirme mucho… Es uno de esos pasajes que resultan feos, incómodos, que te dejan fría. ¿Qué tengo yo que ver con el rico necio que almacena en los graneros sin saber que va a morir esa noche?

Y hoy, volviendo a rezarlo, he descubierto que en realidad no he dejado de escribir por no repetirme, sino... porque no me gusta lo que me dice el Evangelio. Porque me ataca donde más me cuesta desprenderme. 

Y es que tantas y tantas veces arrancamos páginas del Evangelio, páginas del Magisterio, cosas que no nos gustan, que nos son incómodas, que nos ponen en situaciones en las que decidir entre el Señor y mis egoísmos, mis pequeños apartados… Y no podemos servir a dos señores. No te puedo decir, Señor, que pongo mi vida en tus manos, y luego ir buscando la felicidad en cosas que sé que no van a dármela: seguridad económica, descanso, pequeños placeres… Que son importantes, sí, pero si pongo en ellos la esperanza, si los endioso, sé que me estoy asegurando la infelicidad. 

Y por eso hoy el desafío en familia es acoger al Señor en todos los rincones de nuestra vida, especialmente en aquellos que más nos resistimos a entregarnos. Lo bueno es que Él ya cuenta con nuestras resistencias, ya sabe que intentamos saciar nuestra sed en otras aguas. Pero tiene tanta sed de nosotros, que corre a nuestro encuentro con los brazos abiertos. Nos busca incluso cuando nosotros lo rechazamos. 


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