sábado, 3 de noviembre de 2018

HOY EL DESAFÍO EN FAMILIA ES CAMBIAR LOS APELLIDOS

Antonio e Isabel tienen dos hijos de 6 y 8 años

*UNA NOTICIA MUY ESPERADA*

Hace una semana hemos recibido una imprevista caricia de Dios: por fin, después de años de espera y oraciones, nos llaman para ir a recoger un papelito, por si queremos cambiar los apellidos de nuestros hijos… Era nada más y nada menos que la decisión judicial por la que nuestros hijos pasaban de una situación de acogimiento a otra de adopción. 

En la práctica, no ha cambiado nada. Menos aún para mis hijos, que no se han enterado. Pero ha cambiado todo. Es como cuando te das cuenta de que estáis embarazados. Parece que todo sigue igual (sobre todo para el padre), pero ha cambiado todo: ya no eres la misma persona, ¡eres padre! 

Hablando con el Señor  de lo que nos ha costado que llegara este momento, y lo poco que lo estamos disfrutando, me di cuenta de que a Él le ha costado mucho más cambiar nuestros apellidos. 
“Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!”

Tú no te das cuenta, pero tus apellidos han cambiado. Has sido amado por encima de todo. “Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo Unigénito, (...) para que el mundo se salve por él”. Por eso pudimos celebrar el jueves la fiesta de Todos los Santos. Con su sangre nos ha limpiado, y nos ha hecho como Él, Hijos de Dios.

*Hoy el desafío en familia* es que te dejes cambiar el apellido. Ya no eres López, ni García. Ahora eres Antonio, Hijo de Dios. Isabel, Hija de Dios. Vales toda la sangre de Cristo, que ha muerto por ti para que formes parte de su familia. Tienes una morada en su casa, ¡para siempre! Como los niños pequeños, tienes Su mano al alcance de la tuya. Sólo tienes que levantarla para ir cogido siempre de tu Padre, que te ama por encima de todas las cosas. 


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