sábado, 10 de abril de 2021

HOY EL DESAFÍO ES ELEGIR EL AMOR

Antonio e Isabel tienen tres hijos de diez, nueve y un año.

SI NO LO VEO, NO LO CREO

A veces pasamos tiempos duros. Otras parece que hacemos de la queja un deporte. Yo, por ejemplo, me quejo de no dormir, cuando amigos nuestros están sin trabajo, o con un hijo enfermo, o despidiendo a un abuelo que está en sus últimos momentos. Amigos que a pesar del dolor no dejan de sonreír. Se diría incluso que saben ser felices.

Parezco Santo Tomás: en medio de la alegría de que Cristo ha resucitado, es el único que sigue depre y amargado. Parezco impermeable a la alegría de la Pascua, como si no fuera conmigo, como si no hubiera pasado de verdad.

Pero la Resurrección no es una historia bonita. Significa que está aquí, conmigo, compartiendo mis cruces y mis alegrías. 

Significa que el paro, o la enfermedad, o los egoísmos que tan infelices nos hacen, nada de eso tiene la última palabra. Ni siquiera la muerte. La última palabra la tiene el amor.  

No tengo que esperar a que mi hijo me deje dormir o a encontrar trabajo o la curación para ser feliz. El cielo ya está aquí. En el amor de mi familia y de mi Iglesia.

Con la ayuda de Jesús, por muy enfermo que esté, por mucho que lleve en paro, por mucho sueño que tenga, por muy solo o pecador o incapaz que me sienta, puedo amar. Y no solo eso. Dios ha muerto y resucitado para venir a buscarme, para recibir mi amor como un regalo maravilloso. Como a Tomás, Jesús me dice: No seas incrédulo, sino creyente. Ama. Cree en la buena noticia. 

Por eso, hoy el desafío en familia es que elijas amar. Cuando se te haga cuesta arriba, cuando cueste creer que hay salida al otro lado del túnel, elige amar con el amor de Jesús. Elige creer que ese amor va a dar su fruto. Verás como dentro de poco no necesitarás la fe para paladear la presencia gozosa de su Espíritu.



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