sábado, 24 de octubre de 2020

HOY EL DESAFÍO ES DESEMPOLVAR EL AMOR PRIMERO

Antonio e Isabel tienen tres hijos de 10, 8 y un año. 

¿SE DARÁN CUENTA DE QUE NO LA AMO? 

A veces me da envidia ver a algunas parejas amigas: cómo él la sorprende en su aniversario, o cómo ella habla de él cuando no está delante, o simplemente cómo se buscan sus manos si están cerca el uno del otro. Y cuando digo parejas me refiero a matrimonios a punto de celebrar las bodas de plata, o a otros con un par de criaturas que no les dan tregua. No lo tienen fácil. Pero se nota que se quieren.   

En el otro extremo, el domingo pasado me descubrí preguntándome: "¿Se darán cuenta mis hijos de que no la amo, no la necesito? ¿De la pereza que me da ir a Misa?"

Veo cómo rezan otros padres con sus hijos, cómo les transmiten su amor a Dios, algunos cantando por las noches, otros dando gracias a la hora de cenar, otros representando el Evangelio con muñequitos, y le pido al Señor que me dé un amor tan contagioso como el suyo.

En mi cabeza están claras mis prioridades, mis amores. Cuando pienso lo que sucede en Misa, lo que Dios me ama a mí, o cuando pienso en mi historia de amor con mi mujer, lo tengo claro: no podría vivir sin ellos. Pero me falta el amor primero. No amo con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente. Se me meten otros diosecillos, distracciones que lo único que hacen es empañarme la vista de lo esencial.

Por eso hoy el desafío en familia es desempolvar el amor. Aprovecha la ocasión para reeditar una primera cita. No tiene que ser nada especial. Quizá sólo haga falta reírse, o llorar, o pedirse perdón, o estar simplemente en silencio descansando en el otro. Pero prepárala con tiempo, con la ilusión de la primera vez. Y haz lo mismo con la Misa: ahí sí que tienes un amante que nunca se cansa de esperar.



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