sábado, 6 de abril de 2019

HOY EL DESAFÍO ES SENTIR SU MIRADA

Pascual y Esther tienen una hija de 3 años

*VETE Y NO PEQUES MÁS*

Hoy nuestra pequeña la ha liado. Vamos, que la delgada línea roja no se la pasó, la ha pisoteado. Está claro que su línea roja está a gran distancia de la mía, pues no deja de tener 3 años. Se ha hecho consciente de dónde estaba la línea cuando estaba desbordada de ira y no encontraba el freno. Algo que todos conocemos, ¿verdad?, y en primera persona.

Hoy nos tocaba no conformarnos con un simple 'Lo siento’ o ‘Perdona mamá': era necesario aprender a enmendar nuestros errores. Y fue precioso ver cómo después de la tempestad viene la ... 'ranita naranja'. Si, la ranita saltarina la consiguió hace escasos días en un cumple, le encanta, juega a diario con ella. Pensaba que haría un dibujo para acercarse de nuevo, pero cuando llegó el momento, pedía perdón con una cabecita cabizbaja y alargando su bracito me regalaba su ranita. Mi corazón dio un vuelco, mi mirada cambió, me sentí mirada por Él. Podía ver y entender cómo Jesús miró a aquella mujer del Evangelio de hoy.

Nos dice el Evangelio que la mujer estaba punto de pagar con su vida por su pecado. Era humillada públicamente, juzgada públicamente. Me ayuda a ver cuántas veces con dureza juzgamos, humillamos, señalamos y hacemos pagar. Todo se remueve por dentro, pero necesito volver a la mirada de Jesús.

Mientras miraba a mi hija con la mayor alegría del mundo, pues acaba de hacer un ejercicio muy duro para su corta edad, y en tiempo récord, me dada cuenta de cuántas veces Él nos mira a mí, a ti, a tu marido, esposa, hijo, compañero de trabajo, jefe... Ve la debilidad, la fealdad de mi pecado, y no se angustia, me perdona, me mira con misericordia y me pone una misión: no te quedes ahí, no te ahogues en los juicios que hicieron, no te acorbardes por la debilidad, TUS PECADOS SON PERDONADOS, no vuelvas a caer.

Pero todos sabemos que volveremos a caer, igual que acogemos a nuestros hijos cuando les ocurre exactamente lo mismo al día siguiente (o 3 horas después), les volveremos a abrazar y ayudar a levantarse, enmendar y seguir. De la misma forma nos vuelve a acoger el Señor. 

Se nos acaba el tiempo de Cuaresma, tiempo de recogimiento, oración y penitencia. Por eso también me ayuda especialmente esa mirada de Jesús.

*Hoy el desafío en familia* es regocijarse en la mirada de Jesús a ti, como cuando miró a la mujer. Observa cuándo te sentiste juzgado y cuándo juzgaste. Observa cuándo te sentiste condenado y cuándo condenaste. Elige tu 'ranita naranja' y ofrécesela a Él que dio la vida por ti y por los pecados del mundo entero.



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