sábado, 20 de enero de 2018

HOY EL DESAFÍO ES RECUPERAR LA ILUSIÓN DEL PRIMER DÍA

María y Álvaro tienen una hija de dos años

*LA EMOCIÓN DE PEDIRTE MATRIMONIO*

Qué impresión: en tres días dos anuncios de bodas de gente muy cercana. 
Y después de ver la emoción del novio que va a pedirle a ella matrimonio en los próximos días, me preguntaba *dónde ha quedado la ilusión* de nuestros últimos meses de noviazgo preparando el matrimonio. 

Me comentaba el novio el nerviosismo de elegir un anillo para ella, esos pequeños detalles que le gustaría tener presentes en la boda, las personas que querría que estuvieran compartiendo ese momento tan importante... 

Y no he podido evitar pensar en nosotros: en cómo hace bien poco estábamos en esa situación, y en que parece que mucha de la ilusión y la fuerza que entonces teníamos se van perdiendo sin darnos cuenta. Es la rutina de cada día la que nos impide recordar la suerte, *el privilegio de haber sido llamados a esta vocación:* llamados por el mismo Jesús ilusionado que escogió un día a Simón y Andrés, Santiago y Juan, y los sacó de su faena diaria, para pegarles su pasión por el Reino de los Cielos. 

*Hoy el desafío en familia* es volver a empezar. Reconocer que igual que el Señor vuelve a ilusionarse, a entregarse cada Misa por nosotros, nuestro matrimonio también se puede actualizar cada día, cada aniversario, cada ocasión que tengamos. Que no dejemos de vivirlo con emoción y con ilusión. Igual que a Pedro o a Juan, el Señor nos llama a salir de nuestra rutina y a seguirle con la ilusión del primer día. 


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