sábado, 15 de enero de 2022

HOY EL DESAFÍO ES DEJARSE AYUDAR

Antonio e Isabel tienen tres hijos de once, diez y dos años.

PAREN EL TREN, QUE ME QUIERO BAJAR

Después de unas Navidades completamente atípicas, viendo amigos y familiares dar positivo unos detrás de otros, al final hemos acabado cayendo los cinco en casa. 

Esta semana extra de vacaciones ha tenido mucho más de pesadilla que de regalo. Entre el peque que se despertaba a las dos de la mañana y ya no quería dormir, la mayor preadolescente encerrada en su habitación, el mediano aburrido con ganas de incordiar, todos necesitados de salir a la calle pero sin poder ver a los amigos ni ir a los columpios...

Al final nos ha pasado un poco como a los novios de las bodas de Caná: estábamos sin vino y sin fuerzas para seguir con la fiesta. Si nuestra familia fuera un tren, yo ya estaba a punto de bajarme en marcha. 

Pero resulta que como padre no puedes bajarte del carro (en este caso además porque estábamos confinados). Solo que nosotros no teníamos a quién pedir ayuda, y tampoco estaba María para darse cuenta de que nos faltaba el vino… ¿O sí estaba? 

Hoy el desafío es dejarse ayudar. Primero, yendo a la fuente a pedir ayuda, bien en la oración o bien en el consejo de un buen amigo o en la dirección espiritual. Después, haciendo lo que el Señor te pida, con sencillez. Verás cómo el agua del sufrimiento se convierte en el vino de la alegría que da gloria a Dios. ¡Feliz domingo!







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