domingo, 15 de marzo de 2020

HOY EL DESAFÍO ES APROVECHAR EL DESIERTO

Santi y Sara tienen 5 hijos de 12,10,8,4 y 1 años.

YA QUE ESTOY AQUÍ…

Muchos comentarios sobre la Cuaresma llevan a lo mismo, estamos en el desierto, en el lugar de las tentaciones. Y más ahora que nos piden encerrarnos en casa por el coronavirus… Lo cierto es que este año lo siento así especialmente, como si estuviera en tierra yerma y que no doy el fruto esperado, que estoy débil. Tengo Sed. 

El otro día escuchamos a una mujer conversa que hablaba de que ella hacía a veces tres horas de oración. ¡Me pareció alucinante! ¿En serio consigue tres horas? ¡Pero si yo sudo para conseguir algo! La escuchabas cómo te decía que hablaba con Dios y parecía que hablaba con alguien que estuviese sentado a su lado, como si una amiga viniese a tomar un café. ¡Qué maravilla!

Esto me ha hecho reflexionar mucho en el modo en el que vivimos esto de la oración y de por qué no siempre da los frutos esperados (o no los damos nosotros). En realidad estamos en el momento ideal para practicar: en el desierto hay silencio, así que…¿cuál es la excusa? 

Hoy el desafío en familia es aprovechar el desierto para afianzar y estrechar nuestra relación con Dios. De esta manera nos sentiremos más fuertes para afrontar las tentaciones que se nos presentan. Bebamos de la fuente de la Vida y no tengamos más sed.



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