sábado, 21 de marzo de 2020

HOY EL DESAFÍO ES ALZAR LA CABEZA

Antonio e Isabel tienen tres hijos, de 9 y 8 años y 7 meses.

TIEMPO DE HÉROES

El jueves pasado, día del padre, se me ocurrió mandar a mis alumnos de 2º y 3º de la ESO grabar un vídeo con el tema "¿Qué es un padre?". Nunca me ha costado tan poco corregir un trabajo, y nunca he visto resultados tan emotivos, y eso que la edad, 14 y 15 años, no es muy favorable a las cursiladas. Y la palabra que más se repetía para definir la paternidad era ésta: HÉROE. 

No puedo evitar pensar en un padre en concreto, que lleva más de dos semanas en la UCI con coronavirus, y en tantos y tantas afectados por la pandemia en todo el mundo. Pienso en lo mucho que tengo que agradecer este nuevo permiso de paternidad que se me ha concedido, aunque sea teletrabajando… y en lo mucho que me cuesta. Este domingo en el Evangelio parece poner palabras a la pregunta que late en mi cabeza: ¿Quién pecó, éste o sus padres? ¿Qué hemos hecho para merecer esto? Pero Cristo me invita a levantar la mirada. "Esto sucede para que se manifiesten en él las obras de Dios". Yo insisto: ¿Y cómo puede la enfermedad de este marido, este padre, manifestar tu obra? Señor, quiero ver, quiero entender, quiero llevar esperanza a mi familia. 

Y esto es lo que resuena en mi corazón: "Porque para mí toda cruz, toda soledad, toda enfermedad y muerte es para Mí una oportunidad de sanación. No tengas miedo. Cuando veáis que pasan estas cosas, levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación". 

Y es cierto, Señor, que con esta cuarentena nos has liberado de tantas cosas superfluas. Es lo que pasa con la Cruz, que pulveriza todas nuestras comodidades y, cara a cara con la vida, nos obliga a elegir: puedes seguir escondiéndote, quejándote, tratando de nadar y salvar la ropa, o puedes amar, abrazar tus circunstancias y convertirlas en un acto de amor. 

Por eso hoy el desafío en familia es alzar la cabeza. Levanta la vista de tus límites, deja de compararte, de buscar culpables. Abre los ojos y mira la oportunidad que se te ha concedido para amar. Es tiempo de héroes. Tiempo de jugar con tus hijos, de rezar en familia, de aplaudir en las ventanas, de sacar una sonrisa a los que más lo necesitan. No es tiempo de miedo, de culpas, de rabia. Es tiempo de fe, de esperanza, de amor. 


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