sábado, 19 de enero de 2019

HOY EL DESAFÍO ES DEJARSE LLENAR DE ÉL

Pascual y Esther tienen una hija de 2 años 

*TINAJAS VACÍAS*

Unos días arriba y otros abajo, unos fuerte y otros débil, pero hay días que vienen más seguidos de vacas flacas y parece que te sientes vacía. 
Pueden ser retos personales a los que no llegas, temas profesionales que ves cada vez más complicados, el dolor de seres queridos a quienes no puedes consolar, planes familiares que se caen y rompen la estabilidad, la enfermedad que te da donde más duele... 

Sin embargo, cuando crees que estás ahí abajo… Me ha bastado con leer el Evangelio de este domingo y recordar la mirada de mi prometido momentos antes de casarnos. Recuerdo cuando leíamos esta lectura, y me dedico a contemplar qué ocurrió.

Cuando los novios creían que ya no había más vino, cuando me siento vacía, sola, sin confianza, entonces María me ayuda y le avisa a Jesús para pedirle de mi parte que llene las tinajas.
Veo lo necesario de despojarme de todo, de vaciar mi vasija, nada de vino, completamente vacía, para llenarme de Él, mejor dicho, para que Él me llene.

Duele. En esos momentos, no querría ser la novia atenta a todo viendo cómo se acaba y no van a tener vino para todos. Prefiero ser la observadora de otro movimiento, el de mi Madre atenta que vela desde el silencio, avisando con una sencilla frase asertiva a Jesús. Ante un Jesús completamente misericordioso que da el vino, signo de la sangre que derramará por ti y por mí para terminar dándonos la vida eterna.

Por eso, no creamos que al llegar al final del día, la semana, el año, si nos sentimos destruidos, mejor dicho vacíos, es algo malo. Al contrario, sintámonos afortunados de poder dejar la tinaja vacía y entregársela a Él, quien, con un guiño de Nuestra Madre, la llena hasta que sobre después de haberte saciado a ti y los que te rodean en su gran banquete.

*Hoy el desafío en familia* es reconocer los momentos en los que estamos vacíos y llenos. Si estás vacío déjate hoy llenar de su vino. Si estás lleno observa si es de ti, y despréndete; o si es de Él y regocíjate. Demos gracias a la Virgen por su atenta mirada.



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