sábado, 6 de junio de 2020

HOY EL DESAFÍO ES HACER ESPECIAL LO ORDINARIO

Santi y Sara tienen 5 hijos de 12, 10, 8, 4 y 1 año.

¿YA SE TERMINÓ LA TEMPORADA ESPECIAL?

En estos tiempos tan peculiares en los que estamos con nuevas rutinas a las que nos tenemos que acostumbrar (aunque nuestras cabezas se rebelen más de lo que querríamos), la vida sigue y se abre paso sin detenerse: suceden cosas a nuestros familiares y amigos, los meses corren y en el trabajo te preguntan cuándo vas a coger tus vacaciones, el clima cambia y haces el cambio de armario… y el tiempo litúrgico también continúa y entramos otra vez en el tiempo ordinario.

El otro día pensaba con vértigo cómo, paradójicamente, se me había pasado volando el tiempo desde Semana Santa. ¡Y ya ha terminado la Pascua! No sé si ha sido porque los días son muy parecidos entre sí cuando los vives en casa sin salir o qué será, pero ya entramos en días “ordinarios”, que suenan a poco festivos, a que no va pasar nada, a anodinos un poco, ¿no?.

Los niños ya tienen la cabeza en el verano, se despistan mucho en las clases online y quieren actividades tipo playa o planes chulos cada día. Así que eso te obliga a no relajarte demasiado y estar despierto para organizar el día a día de forma adecuada. Lo que te pediría el cuerpo es ya un poco de descontrol, de relax, de “no tirar del carro más” de…”pasad un poco de mí y yo de vosotros que tengo que descansar”.

Por eso hoy el desafío en familia es hacer especial lo ordinario. Buscar un aliciente, que no lo hay mayor que Él, para seguir en la brecha: rezando, pidiendo, dando gracias, siendo fiel, sonriendo. Con la perspectiva de que el Señor nunca descansa, para Él siempre es extraordinario cuidarte y quererte.


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