sábado, 28 de diciembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES ESTAR ATENTOS A LA LLAMADA

María y Álvaro tienen una hija de 3 años y un hijo de 10 meses

CAMBIO DE PLANES

Llevo desde inicio de curso con dos metas vitales: empezar a trabajar y terminar de estudiar. Sin embargo, cada semana surgen cosas que me hacen cambiar mis planes de estudio, al tiempo que el tema del trabajo sigue suponiendo una espera indefinida.

Los virus que van cogiendo los niños, los médicos y problemas variados que van surgiendo, me van marcando la vida, más allá de lo que había planeado. 

Leyendo hoy el Evangelio, y pensando en San José, me imagino que no le haría ninguna gracia ir de un lado para otro con María y Jesús cambiando sus planes, que se habrían hecho trizas primero con la sorpresa del embarazo y después con los mensajes de Dios a través de un ángel o en sueños.

Cuántas veces esta aventura del matrimonio y los hijos en que nos hemos metido nos cambian la vida, no sólo respecto a lo que teníamos en mente antes de casarnos sino en el día a día. Cuántas veces el trabajo que elegimos es en función de la familia que tenemos, para tener más tiempo o no estar muy lejos, o reducimos jornada o evitamos los viajes, o… tantos sacrificios y cambios que, en el fondo, responden a la vocación a la familia. 

Por eso hoy el desafío en familia es ser dóciles a la llamada de Dios a ser marido, mujer, padre, madre, hijo... con todo lo que ello supone en nuestras elecciones de cada día. No lo veas como una carga, sino como una caricia de Dios que, como con san José, ha puesto un gran tesoro en tus manos. 


sábado, 21 de diciembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES AGRADECER SU VENIDA

Antonio e Isabel tienen tres hijos de 9 y 7 años y 4 meses 

DIOS NO SE EQUIVOCA 

 San José no quería ser el padre del hijo de María. El Evangelio no dice exactamente por qué. En parte porque era un marrón. Desde luego, la situación de María no era la ideal. Pero sobre todo, porque la tarea le venía grande. Si eres padre o madre, seguro que alguna vez habrás sentido que no das la talla. No sabes ni sujetarle la cabeza, como para conseguir cumplir todo lo que supone la misión de educar, criar, sostener... Ahora imagínate que ese bebé, encima, es Dios. Que está redimiendo el mundo con su meconio y con su costra láctea. Da miedo. José podría repetir las palabras de Pedro… Apártate de mí que soy un pecador… 

Pero Dios no se equivoca. Quiere nacer en un establo. Quiere a ese carpinterillo como padre. Quiere a esos pastores como testigos. Quiere a unos pescadores incultos como apóstoles. No sólo te ha elegido: está orgulloso de ti. Te dice, como a José, ¡No temas! 

Con el Niño en brazos, te das cuenta de que es Él quien te sostiene a ti. Y entonces todo se simplifica. Te ha elegido precisamente porque no eres perfecto. Con un bebé en brazos es muy fácil hacer oración. Parece que están hechos para ser contemplados. La Navidad es así de sencilla de vivir, lo que no significa que sea cómoda, ideal, perfecta. Más bien es lo contrario. 

Hoy el desafío en familia es preparar con agradecimiento su venida a nuestro establo. Con nuestras limitaciones, pero también con toda esa increíble belleza que Él ve en ti, porque no se ha equivocado al escogerte.


sábado, 14 de diciembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES ANUNCIAR EL EVANGELIO A LOS POBRES

Pascual y Esther tienen una hija de 3 años

¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

Hace escasos días el Padre Gustavo nos contaba la actualidad de su país, Venezuela, con duras palabras. Nos habló de un verdadero 'monstruo': la desnutrición infantil y del 40% de las embarazadas. Nos habló de los rostros de la miseria: padres que huyen para salvar sus vidas abandonando todo y a todos; ancianos que se quedan sin familia en el país, sin medios de vida y en muchas ocasiones tremendamente enfermos, sin acceso ni a comida ni a medicinas; adolescentes abandonados que buscan en la prostitución un medio de vida; niños buscando en los vertederos de basura algo que comer... Un sin fin de ejemplos que la miseria entreteje cual telaraña en un país sumido en la forzada pobreza.
Me impacta ante esa tremenda situación cómo el Padre nos advierte la necesidad de anunciar el Evangelio: *si no somos capaces de acercarles a Cristo, cuando vayamos al Padre nos pedirá cuentas*. Se nos preguntará cómo nosotros, que hemos sentido profundamente el Amor de Dios, no hemos sido ejemplo y medio para que otros lleguen a Él.

Insiste en hacerlo arrodillándonos ante estos niños, ancianos y adolescentes, sin pensar que les estamos salvando sino haciéndonos conscientes de la realidad, que son ellos quienes nos dan la oportunidad de salvarnos, ellos serán los que nos abran las puertas del cielo. Ellos nos permiten curar al enfermo, sanar heridas, dar de comer y beber al pobre y sediento, porque cuando lo hacemos a uno de ellos se lo hacemos a Cristo.
Ya no tenemos que esperar a otro, Jesús ya está entre nosotros, y en nuestras vidas, de muchas maneras y cada día en todos estos rostros de la telaraña de la miseria. En un pesebre en una noche oscura, fría y sin riquezas, llega el Niño a nuestras repletas y cómodas vidas. 

Hoy el desafío en familia es ser capaces de mirar a los ojos los rostros de la miseria que nos rodean, a kilometros de distancia o bien a escasos metros. Y no quedarnos ahí, compartamos, como preparación de adviento en familia, con ellos nuestras riquezas, para ganarnos tener la oportunidad de ser servidores de Cristo.


viernes, 6 de diciembre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES MIRAR A NUESTRA MADRE

Santi y Sara tienen 5 hijos de 11, 9, 8, 4 y 1 año.

SIEMPRE ESTÁ AHÍ, ¿LA BUSCAS?

En las casas que vivimos en modo bebé, tus oídos se llenan de esta música: “Mamá, mamá, mamá, mamá… Papá, papá, papá, papá…” Que sirve, sobre todo, para que veas que estoy aquí, para que sepas que quiero estar a tu lado, para que te fijes en cómo voy andando hacia ti...Y, si ya puedo, incluso te imito en la mayor cantidad de cosas posibles y así aprendo y nos reímos juntos. En definitiva, es un quiero que me mires, que me mimes, que estés conmigo, que me sonrías, que me consueles, que…¡que me quieras! 

Esta actitud de los pequeños me recuerda mucho a las Avemarías del Rosario. Vamos repitiendo nuestras peticiones, nuestras preocupaciones, nuestros desconsuelos…¿Para qué? Para que nos cuide, para que interceda, para que… ¡para que nos quiera!

Hoy el desafío en familia es mirar a nuestra Madre con intenciones de bebé: queriendo llamar su atención para que nos mire y con firme intención de imitarla para quizá poder acercarnos  a ese ejemplo de generosidad, amor…de MADRE.