domingo, 13 de octubre de 2019

HOY EL DESAFÍO ES AGRADECER LA VIDA

Almudena y David tienen tres hijos de 17, 15 y 13 años.

EL VASO MEDIO LLENO

Cuando tienes hijos adolescentes, a veces corres el peligro de perder la perspectiva. Llevamos tanto tiempo bregando con ellos que parece que lo normal sea discutir y castigar. Llegó un momento en que los tenía a todos castigados: al mayor sin el móvil por traer otro suspenso, al pequeño sin la play por haberse gastado el dinero reservado para el verano, y a la mediana… también sin móvil por decir tacos, quejarse y contestar. 

Ella tenía razón, había sido un castigo desproporcionado. Pero lo había dicho gritando y dando un portazo. "¡Todo lo resuelves castigando!", había sido su última frase. "¡Cuando éramos pequeños nos querías más!"

Y yo, sola en el salón, me hacía la eterna pregunta: ¿Qué he hecho mal, Señor? Y me quejaba: "Señor, ten compasión de esta madre. Necesitamos un milagro. No son sólo mis hijos, también son tuyos…" 

A veces, cuando uno reza, encuentra la respuesta que Dios ha dejado en el fondo del corazón: No vivas el envés de la vida. No te fijes sólo en lo negativo. Vive la vida desde el agradecimiento. ¿Por qué me había dolido tanto la pulla de mi hija? ¿Era verdad que ya no les quería como antes? ¿Cómo podrán sentirse queridos si solo reciben quejas de mí? ¿Cómo aprenderán a ser agradecidos, a no quejarse, si me ven todo el tiempo de malas? 

Hoy el desafío en familia es aprender a agradecer la vida. Seguro que hay motivos para quejarse, pero hay muchos más para estar agradecido. Tú eres el rostro de Dios para tu familia. Que puedan notar su alegría al verlos, la que le hizo decir: "Este es mi hijo amado, en quien me complazco". 



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